Foto: AFPEn México 1986, Corea del Sur y Bulgaria jugaron un duelo poco atractivo mediáticamente pero sí a muerte por clasificar. Kim Joo Sung marcó el gol que le regaló a su país su primer punto mundialista.

 

Jueves 5 de junio de 1986. En el estadio Olímpico de la Ciudad de México se enfrentan las selecciones de Corea del Sur y Bulgaria. A ambos conjuntos solo les sirve la victoria para tentar clasificar como mejor tercero. Apenas saltan al gramado, los envuelve el calor espeso de la tarde mexicana.  No hay sol. Una serie de tonalidades color gris que difuminan las pantallas de miles de televisores alrededor del planeta. Es la premonición a la tragedia: el que pierda, muy probablemente se va.

Bajo esa tensa atmósfera de tranquilidad, Plamen Getov bate la portería de Oh Kyo a los 11 minutos de juego. La fatalidad se ha instalado en el rostro de los coreanos. Bulgaria juega a retener el balón y el reloj avanza. Así transcurre el primer tiempo, con aparente normalidad hasta el minuto 70, cuando Kwang Rae pivota un rechazo de la zaga búlgara. Un asedio aparentemente inofensivo a comparación de lo hecho por los surcoreanos durante el primer tiempo, cuando casi sobre el final un remate del mismo Kwang Rae había pasado cerca del palo derecho.

 

 

Este menosprecio llega al pecho de Kim Joo Sung, quien desliza el balón hacia sus propios pies y pone el arco en la mira. Él sabe que la segunda participación mundialista de Corea del Sur tiene que ser histórica y lanza un remate  de volea, al ras. Es un verdadero misil que prácticamente poda el césped del estadio, un tiro que lleva la fuerza de todos los aficionados coreanos que viajaron hacia México para gritar el gol, ese que deja el empate cifrado y determina el primer punto para Corea del Sur en esa Copa del Mundo de la que jamás volvería a ausentarse en adelante.

Sus compañeros lo abrazan y se aferran también a ese resultado. Corea del Sur quedaría eliminado en la siguiente fecha tras caer ante Italia por 3-2. Kim Joo Sung tendrá dos chances más de participar, en Italia 1990 y Estados Unidos 1994 y eso le valdrá para ser elegido en el once ideal asiático del siglo XX. Pero para todo eso, hubo una primera vez que tuvo su partida de nacimiento en un minuto 70.

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El otro minuto 70: el gol de Park Ji Sung (Corea del Sur) a Portugal en 2002

Foto: AFP; Video: Youtube / Usuario: Nummy Nor

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