Foto: gianlucadimarzio.comEs momento de recordar un instante de gloria en el fútbol de Corea del Sur: la vez en que Ahn Jung-Hwan, a los 117’, anotó el gol de oro que clasificó al seleccionado asiático a los cuartos de final de su Mundial en 2002, y que desplazó nada menos que a Italia.

 

Minuto 117. El reloj avanza, como no lo podrían hacer los jugadores en el campo, que yacen exhaustos, con la mirada clavada al interior de sus relojes biológicos que calculan el tiempo restante. Pese a ser el primer Mundial del siglo XXI, la FIFA todavía no había eliminado una regla primitiva del fútbol. El gol de oro seguía vigente, como en el recreo del colegio, como en la pichanga pistera que tiene dos mochilas como arcos y define al ganador con “gol gana”, generalmente cuando las piernas no dan más.

Con ese mismo fervor, aquel 18 de junio de 2002, en el estadio Daejon, se desarrolló una verdadera guerra ítalo-coreana. El  recinto fue acondicionado especialmente para la justa mundialista y también para que el árbitro ecuatoriano, Byron Moreno, se encargara de montar un show aparte. Apenas unos minutos antes, Totti había visto la roja por acumulación de amarillas y  Vieri había sido trabado arteramente. La patada llevaba un Made in Korea tatuada en su espinilla,  pero no importó: esa ha sido la constante en todo el partido y si Moreno se hizoal ciego ante tanto abuso, el aficionado coreano podía soñar con la historia, que estaba apenas a segundos de distancia.

 


 

Corea empezó a tener control sobre el esférico y, exactamente a los 117', Lee Young Pyo se disfrazó de sudamericano y eludió la marca de Maldini y Panucci. El pase lo recibió Lee Chun Soo. Toda la línea defensiva italiana quedó a la expectativa de lo que iba a hacer. Se sabía sobre su potente remate de media distancia y en ese momento, justo en la esquina del área, podía atreverse a sacar el misil. Cinco hombres quedaron encajonados mientras la pelota se elevó y subió y subió, como si en esas milésimas se rompiese la gravedad. La Fevernova dio una curva, y parecía que se metía en el arco de Buffon. El experimentado guardameta pudo llegar con facilidad, se lanzó, pero no contó con que ahí, en ese preciso instante, el cuerpo de Ahn Jung Hwan se elevó por encima de la multitud.

El segundo de silencio que antecede a cualquier muerte fue padecido por los italianos en ese preciso instante. Buffon voló hacia su palo izquierdo y, mientras el balón siguió su inevitable destino hacia las redes, Hwan corrió a celebrar, a la par que los reporteros grabaron su celebración a toda carrera. En ese instante Corea del Sur hizo historia: venció Italia por 2-1 y, mientras Hwan se preparó a alistar el festejo en los vestuarios, pensó también en cómo encarar a sus compañeros del Peruggia cuando termine el Mundial. Pero esa es otra historia. Aquí quisimos recordar cuando ésta se escribió a partir de un cabezazo.

Foto: gianlucadimarzio.com

Comentarios ( 1)add
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escrito por gallo calacunco , February 15, 2014
EL PARTIDO CONTRA ITALIA NO FUE POR LOS OCTAVOS DE FINAL??? QUE YO RECUERDE ESE PARTIDO LE PERMITIÓ A COREA JUGAR CONTRA ESPAÑA EN LOS CUARTOS DE FINAL.
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