Brasil clasificó a octavos y quedó primero en el Grupo A sin mayor novedad tras golear 1-4 a Camerún. El equipo de Luiz Felipe Scolari se mostró autosuficiente para cumplir su objetivo, aunque también exhibió sus puntos débiles cuando los africanos se entusiasmaron en ataque.

 

Todos los que gustamos del fútbol queremos ver alguna vez al Brasil soñado, aquel de 1970 en el cenit de la carrera de Pelé, o al menos al de los años ochenta al mando de Telé Santana que encandiló a muchos con su juego virtuoso pese a no ganar nada. A esos equipos que muchos no vimos. Esa esperanza -aún intacta- se mantiene cada cuatro años, pero se acentuó en este Mundial por ser él, Brasil, el local.

Con tres partidos jugados, la realidad marca que el Brasil de Luiz Felipe Scolari sigue la escuela de hacer solo lo necesario, esa que Carlos Alberto Parreira instaló y validó con el título en 1994. Aún pese a enfrentar a una de las peores selecciones de esta Copa del Mundo, la canarinha se conformó con lo hecho apenas a los 34’, cuando Neymar logró su segundo gol pese a que el resultado era un 1-2 sobre Camerún. El ‘10’ brasileño resultó el mejor del campo por lo hecho principalmente durante ese lapso en el que encaró con decisión a la última línea rival, que se mostró muy vulnerable desde el inicio al plantarse en línea, justo para que la superen en base a velocidad, tanto por las bandas como por el centro del campo. Con centros o con remates directos.
Pocos se esperaban un gol de Camerún, por lo que el tanto de Joel Matup cayó como una gran sorpresa ante Brasil (Foto: AFP)
El problema de Brasil fue que tanto se preocupó por ganar que la atención sobre su propia área se volvió limitada. Con Dani Alves por derecha y Marcelo por izquierda volcados al ataque, Camerún, aún con todos sus límites, le hizo daño por los costados. Así llegó el tanto de Joel Matip (un gol significativo en la historia de los ‘Leones Indomables’ en los mundiales ahora que Samuel Eto’o cerró el ciclo con su selección), tras un desborde de Allan Nyom que no pudo frenar el lateral del Barcelona. El primer tiempo cerró así, con inesperadas dudas sobre lo que podía pasar pese a la evidente confianza brasileña.

Con la etapa final en marcha, la desconfianza se disipó en la verdeamarelha por dos razones. La primera se dio a los 49’ con el gol de Fred, que de cabeza anotó por primera vez en el Mundial, una anotación con polémica pues el ‘9’ estaba en off side. La segunda, porque Camerún no tuvo más respuesta para salir en busca del descuento, facilitando la tarea brasileña que entonces le bajó las revoluciones a su juego, pasando a cuidar las piernas tanto del cansancio como de las rudas entradas de su contrincante. Disponiendo de menos hombres arriba, con Neymar menos activo que nunca y con cambios de ‘Felipao’ para fortalecer el mediocampo, el letargo del partido solo encontró variante una vez que de Recife comenzaron a llegar noticias sobre el triunfo de México ante Croacia.
La calma regresó al equipo de Luiz Felipe Scolari luego que Fred consiguió estirar la ventaja en el marcador (Foto: AFP)
Los últimos minutos demostraron que cuando Brasil quiere, puede. Los chispazos mostrados a lo largo del encuentro tuvieron su último momento de inspiración a los 84’, cuando el local le dijo no a los mexicanos en su intención de quedar primeros en el Grupo A con una pared que acabó en la justa definición de Fernandinho tras un nuevo error en salida del fondo africano. Fue el 1-4. La goleada esperada. Lo que sigue en lista de espera es ver al gran Brasil que busca su sexta estrella, porque cualquier equipo que tenga dieciocho ocasiones para anotar y que de ellas solo logre convertir cuatro, da para cuestionar su real potencial para ganar ante rivales bien armados, que en este gran Mundial hay, y de sobra.

Fotos: AFP

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