El empate 2-2 entre Estados Unidos y Portugal, entregó uno de los partidos más emocionantes de los primeros 32 de Brasil 2014, que dejó al cuadro norteamericano a un paso de Octavos y a Portugal con un pie afuera del Mundial.

 

Este Mundial es severo y exigente. Sufren aquellos equipos que especulan, no se rebelan, son conformistas o los que están hechos para el lucimiento de un solo elemento. Han sido contados los castigados, por ello, Brasil vive uno de los mejores mundiales de la historia, rumbo a consagrarse como el mejor. Hoy, pues, Portugal recibió dos golpes que tuvieron que noquearlo, pero salió aliviado porque la cuenta tardó y no llegó a diez. Recibió castigo en el juego, mas no fue ajusticiado en el marcador. Así como Argentina y Brasil, Portugal se encomienda a un jugador para llegar al último partido. Eso le recorta posibilidades como colectivo. En el 4-3-3 que presentó en el Arena Amazonía, Veloso, Meireles y Moutinho andaban en constante rotación. Metros adelante, Cristiano Ronaldo y Nani, flotando dentro de su propia burbuja, sin encadenar juego con el resto del equipo que tampoco se desplegaba con fluidez, sino estaba estancado y pendiente de la inspiración de un jugador: Cristiano Ronaldo, quien no solo fue irregular, además no se ocupó en leer los movimientos del resto. Descontracturó poco a partir de la atención que Estados Unidos le entregaba cuando recibía el balón.

El cuadro de Jurgen Klinsmann hacia la tarea con los apuntes al lado. Repasaba a este Portugal repetitivo y hecho para un jugador; respondía inteligentemente y terminaba con rapidez la recuperación. Con la tarea terminada, llegaba la hora de empezar la siguiente: la generación. El 4-línea-1-1 que plantó definía a Bradley como una caja de cambios del equipo. Fue el eje para que el resto desarrolle la velocidad que él mandaba con pases cortos o amplios, estos últimos más aprovechados por Estados Unidos, ya que en la franja derecha, Johnson, destacaba con recorridos profundos.
Portugal prolongó su opción en el Grupo G con este gol de Silvestre Varela, que selló el empate ante Estados Unidos (Foto: Reuters)
En la línea fina, fue importante Jack Dempsey para elaborar y abrir espacios para le llegada de Bradley o los volantes por fuera, Zusi y Bedoya, quienes, sin embargo, se preocuparon más por colaborar en el volumen que dominó posicionalmente en el medio a Portugal, achicándolo con el correr de los minutos. Jermaine Jones, que esta vez fue el encargado de acompañar a Beckerman, fue importante para la superioridad estadounidense, pero poco participativo para la generación, sin ser opción de pase entrelíneas. Por ende, su aparición para empatar el partido fue esporádica. Portugal había adelantado a los 5' vía Nani tras un error que lo dejó libre para definir en el área chica. Recién a los 64', Jones se animó a romper y atacar el espacio con seguridad. Un fomidable remate dejó sin chances a Beto e infló las redes del arco norte.

Empate esperado, pero Estados Unidos merecía más por el notable trabajo colectivo. Por ello, el hombre que se cargó la presión de ser protagonista de cara al arco, sin Altidore -lesionado- y Donovan -no convocado-, definió en el marcador lo que se veía en el juego. A los 84', Jack Dempsey apareció en el área con gran olfato y puso el 2-1. Ahora sí, justicia en el resultado. Estados Unidos aseguraba su clasificación y dejaba eliminado a Portugal. El cuadro luso a esas alturas se lanzaba al ataque sin orden pero con mucha vehemencia, obligando el retroceso de un Estados Unidos algo fatigado. Pero al minuto final lo que no ocurrió en 94', pasó en un instante. Cristiano Ronaldo jugó para Portugal. Se recogió por derecha, salió de su marca, encontró tiempo y espacio. El crack de Real Madrid envió un centro perfecto para que Varela anticipe la defensa estadounidense y marque el empate a los 95'+, devolviendo un pie dentro del Mundial del que Portugal, por rendimiento, debería decirle adiós.

Foto: Reuters

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