Frío y calculador, aunque con algunos relevos en cancha, Bélgica volvió a sumar de a tres e hizo puntaje perfecto. Los dirigidos por Marc Wilmots ganaron por 0-1 a una Corea del Sur inapetente en la cancha y que hizo cartón lleno a la decepcionante presentación asiática en el Mundial.

 

Fútbol, emoción y goles. Un tridente que, sin duda, ha ido de la mano en casi todos los partidos del presente Mundial. Pero se dice casi porque nunca puede faltar la excepción a la regla. Hace algunos días fue el turno de Irán y Nigeria, en un partido que pasó con más pena que gloria, y este miércoles, en el Arena Corinthians, bien se podría estar escribiendo acerca de un nuevo encuentro decepcionante en la máxima justa, aunque también es cierto que siempre habría que poner los puntos sobre las íes. En ese sentido, inexorablemente se tiene que mencionar la presentación de una Bélgica cómoda, en el sentido de que ya estaba clasificada y podía tomarse la licencia de salir a la cancha con relevos, y de Corea del Sur, que más bien ni por asomo exhibió una expresión acorde a la de una selección con hambre de gloria. ¿Alguien les avisó a los dirigidos por Hong Myung-Bo que se estaban jugando el pase a octavos de final?

Las respuestas pueden dar pie a los puntos suspensivos, tan de la mano con lo que fue el primer tiempo en el estadio paulista: nulo en vértigo, carente de líderes y con propuestas que más estaban encaminadas a un cero bien redondo. Si bien Corea del Sur aparentó tener el chip en el arranque del partido, se desvaneció rápidamente del terreno de juego, acaso afectado por el madrugador gol de Rusia ante Argelia en el partido que iba en paralelo, y cedió espacios, los mismos que fueron mínimamente aprovechados por los hombres de mejor pie en Bélgica, es decir por Dries Martens y Kevin Mirallas, aunque jamás tuvieron dirección para vulnerar las redes de Kim Seung-Gyu. Eso, en resumen, fue lo más pasable que dejó la primera fracción, ya que lo descalificable, como colofón, fue la plancha malintencionada de Steven Defour contra un adversario, el cual le costó la expulsión de manera categórica.
Steven Defour contribuyó poco a la causa de Bélgica luego de irse expulsado en el primer tiempo (Foto: AFP)
Y el segundo tiempo, ¿dejó algo para destacar? También muy poco. Por Corea del Sur, que debió estar mentalizado (no lo demostró) en ganar el partido, lo único rescatable fue el empuje que siempre trató de imprimir el atacante Lee Keun-Ho, que por cierto no se entiende que hacía en el banco de suplentes en los primeros 45 minutos. El jugador del Sangju Sangmu de su país fue el único que le dio trabajo a van Buyten y Lombaerts, sea por arriba o por abajo, pero siempre encontró bien establecido bajo los tres palos a Courtois. Pero labrando en solitario, los surcoreanos iban a lograr muy poco, más si en el Arena da Baixada había llegado el empate de Argelia, lo que le obligaba a anotar tres goles si pretendía avanzar. Así, pues, era imposible.

En Bélgica, en cambio, apareció su marca registrada en Brasil: el de responder mejor tras las variantes y convertirse en una selección menos predecible. Y eso que actuó un tiempo entero con un hombre menos. Pero el principal abanderado de los 'Diablos Rojos', una vez más, terminó siendo el más joven de todo su plantel, Divock Origi, trascendental en todos los encuentros del seleccionado belga en este Mundial: ahora apareció con un zapatazo que se hizo incrontrolable para Kim Seung-Gyu, y cuyo rebote fue a parar a los pies de Jan Vertonguen, quien esta vez salió como capitán y tuvo un rendimiento más que sobresaliente. Ese gol, que bien podría encajonarse en otro contexto, le bastó a los de Wilmots para cerrar con broche de oro su mejor presentación en una fase de grupos en la historia de los mundiales.
Solo un gol de Jan Vertonghen rompió el equilibrio en el marcador y terminó por definir la eliminación de Corea del Sur (Foto: AFP)
Bélgica, aunque frío y calculador, aparenta estar esperando el momento exacto para dejar de ahorrar gasolina y empezar a embestir a sus rivales. Por ahora, su próximo reto es Estados Unidos, pero esta vez sí en una instancia en la que ya no vale parpadear (cosa que no ha hecho). Lo de Corea del Sur, más bien, sí deja que desear y pone contra las cuerdas a una confederación (la asiática) que tiene las peores cifras del Mundial con sus cuatro representantes eliminados en Primera Fase, pero que difícilmente vaya a perder algún cupo (más que nada por un tema comercial) para futuras competiciones.

Foto: AFP

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