Ecuador - Francia: En el ecuador del camino
El emotivo llanto de Walter Ayoví, el jugador más veterano de Ecuador por debajo de Edison Méndez, tras el pitazo final del marfileño Noumandiez Doué, confirmó lo que los cálculos predictivos antes del Mundial hacían suponer en el Grupo E de Brasil 2014: que los dos clasificados de este sector iban a ser Francia y Suiza, más allá de que el seleccionado de Reinaldo Rueda, ante estos dos rivales, por momentos evidenció capacidad de resolver la historia. Pero los partidos se ganan con goles, y también con ganas de -como siempre debe ser en la máxima justa- querer trascender. Y esto último fue la gran deuda de la tricolor.
En el Maracana, Ecuador fue conciente de lo que se estaba jugando y también del rival que tenía enfrente. En ese sentido, fue bastante precavido para plantarse en el terreno de juego e intentar contrarrestar a una selección francesa que, con la ventaja que ya había sacado en las dos primeras jornadas, se sentía cómodo, con la clasificación en el bolsillo, y con la necesidad de refrescar a su plantel: los de Didir Deschamps, pues, se presentaron con hasta seis variantes con relación a su último partido ante Suiza, pero aún así mantuvo su prolijidad para atacar y anexar las incursiones de Sagna y Digne con la aparición de algunos de los integrantes del tridente ofensivo, que en esta ocasión estuvo liderado por Sissoko, Benzema y Griezmann.
Eso sí, si alguien pensó que de esta confrontación iba a salir un partidazo, erró de plano: el duelo más se caracterizó por el reiterado juego de contacto, en algunos casos desmedidos, como el desleal codazo de Sakho contra Minda que el árbitro no apreció pero que, dadas las circunstancias, también aplicaría una investigación de oficio para sancionar la entrada sin premeditación, alevosía y ventaja del central galo, o como el inoportuno pisotón de Antonio Valencia contra Digne que, por ir con mucha vehemencia (y poco cálculo) a pelear el balón, terminó planchando al lateral francés y ganándose una tarjeta roja que va como colofón perfecto a su intrascendente Mundial.
Eso, en suma, fue lo más destacado de un partido que, además, agigantó la presencia del arquero Alejandro Domínguez, quien tuvo hasta tres intervenciones en el que contuvo el grito de gol de Francia. Y como se sigue leyendo, la cancha siempre dejó la sensación de estar inclinada a favor de la selección del gallito. Más bien, si se pretende rescatar acciones puntuales de Ecuador, solo habrían cuatro: el espectacular salto de Enner Valencia (el más convincente de su selección) para un cabezazo que atrapó bien Hugo Lloris, las dos opciones de gol que no supo resolver Michael Arroyo, y una acción fortuita en el que Christian Noboa pretendió hacer una lujosa voltereta (al estilo Zidane), bastante inapropiada por las circunstancias del partido, y que por un error casi se convierte en un gol favorable a Le Bleus.
Ahora, cada uno sigue su rumbo: Francia hizo su tarea, terminó primero en el Grupo E y espera a Nigeria para demostrar que su verdadero rostro, el de las dos primeras jornadas, podría verse más afiatado en octavos. Ecuador, en tanto, debe alistar el regreso a casa, pensar en no patear el tablero y más bien seguir respaldando a un grupo que otra vez va a entrar a una etapa de recambio generacional. En lo que respecta a este Mundial, la historia llegó a su final para los del norte. Sí, también porque así lo quiso.
Foto: Reuters, EFE
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