Argelia y Corea del Sur demostraron que las apariencias engañan. Dos selecciones de bajo perfil nos regalaron uno de los mejores partidos del mundial. Fue victoria africana de 4-2 y noventa minutos de muy buen fútbol.

 

El espectáculo no se determina por las estrellas, sí por el juego. Argelia y Corea del Sur, pero sobre todo el primero de ellos, nos premiaron a los espectadores con un partido lleno de fútbol. El encuentro tuvo muchas situaciones de peligro y goles, pero sobre todo grandes emociones y momentos que marcaron el compromiso y a todos lo que pudimos verlo.

Parecía ser una goleada estrepitosa. El primer tiempo de Argelia fue una gran demostración de lo que significa planificar un encuentro y salir a jugar. En poco tiempo lograron controlar el partido asociándose en ataque y aplicando un sistema defensivo que le funcionó a la perfección: repliegue inmediato, anticipación defensiva y superioridad numérica en cada sector del campo. La estrategia impidió que Corea elabore en ataque y le dio a Argelia el manejo que logró traducir en goles. Fueron  Islam Slimani (26’), Rafik Halliche (28’) y Abdelmoumene Djabou (38’) quienes lograron plasmar tres tantos de diferencia en doce minutos. Era baile en Porto Alegre y apenas se había jugado la mitad del compromiso.
Corea del Sur no le encontró explicación a los goles de Argelia en el primer tiempo, el último en los pies de Abdelmoumene Djabour que marcó el momentáneo 3-0 (Foto: AFP)
Corea del Sur enfrentó con otra cara el segundo tiempo. Proyectó a Yun y Lee, sus dos laterales, en ataque y buscó generar superioridades a espalda de las líneas defensivas de su rival. El descuento no tardó en llegar por parte de Son. El momento del partido marcaba una tendencia de crecimiento por parte de los asiáticos que tuvieron un par de ocasiones para reducir la diferencia. Argelia se veía desconocido con respecto a lo que fueron sus acciones en la primera parte del encuentro, pero nuevamente otro momento cambiaría de inmediato el orden futbolístico. Brahimi, figura en el encuentro, se asoció con Feghouli y tirando paredes llegaron hasta el área de Corea. El jugador del Granada se encargó de anotar el cuarto gol de su equipo finalizando una jugada colectiva extraordinaria.

Koo Ja-Cheol descontó para los coreanos veinte minutos antes de que finalice el encuentro. Fue la última gran emoción que tuvo el partido. El pitazo final, sin embargo, fue el que decretó el último gran momento, el que deja a Argelia optimista de cara a la clasificación y vencedores  en un encuentro donde los principales ganadores fuimos los que pudimos seguirlo en vivo.

Foto: AFP

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