Croacia - México: Arriba, amigo Concacaf
Una vez más, México fue local en Brasil. Miles de mexicanos se dieron cita en el Arena Pernambuco para jugar la primera “final” de este Mundial. La ventaja que tenían era que el empate los colocaba sí o sí en octavos. Pero el planteamiento de Miguel Herrera era sencillo. Un bloque defensivo marcado por cinco defensas que se volvían tres al atacar, y dos puntas. Uno con más capacidad de creación contra otro para definir. Esta pareja la conformaban Gio dos Santos y Oribe Peralta. Esa era la base del 5-3-2 mexicano.
Los croatas apostaron con un 4-cuadrado-2 que por momentos se volvía en un rombo al medio con Luka Modric subiendo a ser el ‘10’. Una vez más, el DT Niko Kovac apostó por la dupla Rakitic-Modric en el medio, la cual queda en deuda en este Mundial tras no poder haber sido los constructores de una Croacia que en ofensiva tiene nombres importantes.
El partido en sí se jugó siempre como los norteamericanos querían. La falta de creatividad de los europeos no podía derrumbar el muro rival, pese a que Perisic por derecha y Olic por izquierda trataban de mostrarse siempre como opciones. El primer tiempo tuvo como más clara el palo de Herrera y poco más de Croacia, que por poco había insinuado mal.
El segundo tiempo no tuvo un dominador claro, pero sí un equipo más cómodo que el otro, y ese era México. Croacia no llegaba a inquietar a Ochoa y por medio de pelotas paradas, los mexicanos comenzaban a complicar más a Pletikosa. Hasta que a los 71’ cayó el primer golpe de los de Herrera con un cabezazo de Rafael Márquez que de paso se convirtió en el segundo mexicano en anotar en tres mundiales diferentes, igualando el récord de Cuathemoc Blanco. Los croatas no tuvieron tiempo de reaccionar ya que unos minutos después cayó el segundo gol azteca tras una gran jugada en combinación que aprovechó Guardado.
Para poner la cereza en el pastel, otro tiro de esquina terminó con un gol de Javier Hernández que desataba la locura en el Arena Pernambuco y hacía que la fanaticada mexicana pidiera un gol más a su equipo para así ser primero de su grupo y evitar a Holanda. Este gol no llegó, ya que en la única jugada en la que apareció Rakitic, una magistral asistencia de taco dejó solo a Perisic para anotar el definitivo 1-3.
México vuelve a pasar una fase de grupos y ahora tratará de superar una instancia que hace años ha sido su límite. Esta vez al frente tiene a Holanda, un rival durísimo para otro que hasta ahora ha sabido mostrarse como de los más sólidos del torneo.
Foto: AFP
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