Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.comEl Mundial tuvo 12 sedes, lo cual significó una fuerte inversión por parte del gobierno brasileño y muchas críticas. DeChalaca pudo estar en seis de ellas y comparte su experiencia en cada una.

 

De Sao Paulo a Rio de Janeiro, de la inauguración a la final de este domingo. DeChalaca quizá sea el medio sudamericano fuera de los brasileños que más sedes ha visitado durante este Mundial: seis. El periplo de sus cuatro enviados a Brasil permitió la posibilidad de pasar diversas experiencias entre las ciudades sedes. Desde las principales ciudades del país (Sao Paulo y Rio) a las del noreste. Los temas por considerar eran los siguientes: información para llegar a los estadios, seguridad, zonas turísticas y el tráfico.

La seguridad primero

Arena Pernambuco de Recife (Foto: Reuters)Brasil es concebido por su gente como un país inseguro. No importa en qué ciudad uno esté: al menos un brasileño que note que uno es extranjero (“gringo”, como le dicen acá a todo foráneo) le dirá que debe tener cuidado. Pero entre las seis ciudades que DeChalaca visitó la que daba una mayor sensación de seguridad fue Recife. Además de ser una ciudad muy bonita para conocer, se podía ver a policías en todas las zonas turísticas y la gente era muy amable con el extranjero.

Lo contrario a Recife era Fortaleza. Desde el estadio enclavado dentro de una favela, hasta la sensación de inseguridad que había alrededor del fan fest en la playa Iracema. Para llegar al Arena Castelao había que atravesar la mencionada favela, en medio de fuertes medidas de seguridad. Las demás ciudades, pese a lo que piensan los brasileños, no son más inseguras que algunas zonas de Lima u otras ciudades del Perú.

Facilidad de ubicación

Sao Paulo y Recife eran las ciudades con mejor información para llegar al estadio y a las zonas turísticas. Una vez más, en este apartado Fortaleza era la ciudad con más problemas. El llegar al estadio y salir de él era caótico ya que incluso pidiendo referencias a las autoridades, muchas veces te enviaban a lugares equivocados. Salvador, con su intenso tráfico, también mostró problemas con las facilidades para llegar al estadio.

Arena Corinthians de Sao Paulo (Foto: Reuters)Eso sí, en el caso de Sao Paulo, era complicado poder ubicar los lugares de recojo de entradas ya que no había carteles de la FIFA que guiaran a las personas y muchas veces quienes trabajan cerca no conocían el nombre de las calles y plazas.

La fiesta del fútbol

Algo importantísimo en todas las ciudades eran los Fan Fest. Los mejores a los que asistieron los enviados de DeChalaca fueron los de Rio y Fortaleza. Ambos enclavados en la playa -Copacabana en el caso del primero, en Iracema en el segundo- con espacios amplios y shows en vivo. Si bien el de Sao Paulo también era grande, el que esté en el centro de la ciudad y no en una playa le quitaba la magia brasileña. El peor, por bastante, era el de Recife. Estaba en un espacio reducido y pegado al río. En un momento habían descartado la idea de hacer un Fan Fest ahí, pero a último momento volvieron a montarlo con malos resultados ya que no tuvo shows en vivo durante los 30 días.

El exotismo caro

Arena das Dunas de Natal (Foto: AFP)Natal fue la única ciudad en la que estuvo DeChalaca de las que más se criticó que fuera sede del Mundial. No solo por su poca importancia en comparación a otras ciudades, sino a la inversión en un estadio que no se verá en la Primera División brasileña. El caso de Natal, pese a ser una ciudad con unas de las mejores playas que se pudieron apreciar entre las sedes del Mundial, es igual al de Manaos. Elefantes blancos que costaron millones de reales y que tienen a la población brasileña molesta con sus autoridades.

Del resto de ciudades se tuvieron diferentes comentarios. Las críticas a Cuiabá son las mismas que a Natal y Manaos. Porto Alegre y Belo Horizonte recibieron a miles de hinchas latinoamericanos, con problemas de seguridad en ambos casos, incluyendo el terrible derrumbe de un viaducto en Belo Horizonte que enlutó la copa.

El Mundial ha tenido un nivel muy bueno dentro de la cancha, pero en temas de organización no ha estado igual. Si bien hay ciudades que estuvieron a la altura del Mundial como Rio y Recife, otras como Fortaleza, Manaos o Salvador, esta última con el colmo de haber fallado al concluir algunas obras -el Malecón de la playa de Barra, la más turística de la ciudad, sigue en plena remodelación durante el torneo-, dan a pensar que pasará un buen tiempo antes que haya otro evento de esta magnitud en Sudamérica.

Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Fotos: Reuters, AFP

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