Real Garcilaso - Defensor Sporting: Secuela del fin

Se dice que a veces hay que arriesgar para ganar, pero ello nunca garantiza el resultado deseado. Así le pasó a Real Garcilaso, cuya situación en el grupo 5 requería ganar a como de lugar su último partido en Huancayo. En esa idea fue que asumió un papel ofensivo ante Defensor Sporting, al que intentó arrinconar en su campo, pero sin la claridad de juego necesaria para marcar los goles que tanto necesitaba.
Para este encuentro, Fredy García intentó repetir una parte de la figura que dispuso contra Aurich, en el 2-2 por el Torneo del Inca. Así como ante el Ciclón, Jhoel Herrera e Iván Santillán contaron con gran libertad para desplegar su juego por los costados, partiendo desde el mediocampo en línea con los volantes, con el soporte de César Ortiz, pero sin el que aporta Edwin Retamoso, suspendido para esta jornada. A cambio del pulmón apurimeño, y para mantener seguras las bandas, la defensa tuvo a Jaime Huerta y Cristian García como marcadores antes que como laterales, cuya misión -en teoría- era alejar cualquier resquicio de peligro que se diera cuando el equipo asumía una disposición de ataque. Este plan funcionó durante el primer tiempo, ya que el balón estuvo en contacto en más de una oportunidad con las manos del portero Martín Campaña. Un centro de Herrera que desperdició de cabeza el Ratón Rodríguez, un remate de Alfredo Ramúa, otro de Iván Santillán y una pelota que tras rebotar en las piernas de Jahirsino Baylón exigió al meta uruguayo, fueron el mejor producto que pudo armar Real Garcilaso con las herramientas que tenía a la mano.
Luego de sufrir los ataques cusqueños en el primer tiempo, Defensor Sporting comenzó el segundo jugando más cerca del campo contrario, apelando a un arma que le calza perfecta por la velocidad y características de sus jugadores: el contragolpe, con Felipe Gedoz como mayor baluarte. El primer aviso llegó a los 49, pero Nicolás Correa definió como el defensa que es antes que como un jugador que tiene un mano a mano contra el arquero. Pero el perdón solo se dio una vez, ya que a la segunda y la tercera ocasión que se le presentó, el cuadro uruguayo alargó el marcador a un 0-2 que los de Petróleo García no tuvieron cómo darle vuelta.
No es de este partido, es lo que muestran los celestes del Cusco en su presente campaña, en la que los límites que le impone su capacidad como club terminan por imponer un plan de juego, cuando lo ideal es que sea el técnico quien lo ajuste a su criterio. Sin delanteros que le muestren una opción de pase, al Chapu Ramúa solo le quedó buscar su mejor perfil para enfilar algún remate de lejos, pero esta vez no fue certero como en otras ocasiones. Sin jugadores que tengan la capacidad de sacar un centro hacia la cabeza de sus compañeros y no a la del rival, el pelotazo a lo que dios mande terminó por quitarle confianza a los que mejor van por arriba, ya que dejaron de hacerlo, y más bien le renovó la confianza a los centrales de la visita que tuvieron piernas hasta el final para despejar todo. Y hasta ahí se puede contar lo que ofreció el local, cuya historia en la Libertadores se terminó a falta de un partido cuando en el arranque de la Copa se lo tenía como candidato para superar etapas por lo hecho en 2013. Esa chapa ahora se traslada al torneo local, en el que el ajustado plantel que tiene le alcanza para ser protagonista, más aún ahora que se puede enfocar en un solo frente.
Fotos: AP, EFE
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