Les echaron los perros
En un partido tácticamente impecable, Tijuana derrotó en el mismísimo Pacaembú por 1-2 a un Palmeiras falto de ideas y se metió a cuartos de final. Los Xolos hacen historia en su primera participación en el torneo y esperan por su próximo rival: Atlético Mineiro.
El capo: De la casa
La experiencia de Fernando Arce fue fundamental para el triunfo de Tijuana. El jugador nacido en la ciudad natal de donde es su equipo le dio equilibrio en el medio y consagró su buena actuación marcando un soberbio gol sobre los 51', el mismo que le dio el 0-2 momentáneo a los Xolos. Otro que destacó fue el defensor Javier Gandolfi.
La clave: Equilibrio y sapiencia
El triunfo de Tijuana se dio en gran parte por el orden que mostraron los dirigidos por Mohamed en cada una de sus líneas. Fueron inteligentes para agruparse en el medio, solventes en defensa e inteligentes a la hora de atacar, además de efectivos. Esa, pues, fue la clave del éxito para la victoria de los mexicanos.
El cambiazo: No alcanzó
Gilson Kleina acertó con el ingresó de Souza para el segundo tiempo, pues este respondió a la altura de lo que pedía su equipo. El '8' le dio mejor administración del balón a Palmeiras, además de aportar con su buena técnica para pegarle al balón. Incluso, él mismo sería el autor del descuento brasileño tras definir con serenidad el tiro desde los doce pasos. Pese a todo, igual no le alcanzó a su equipo para revertir el resultado.
La joyita: Bomba y adentro
Además de ser el más destacado del partido, Fernando Arce se mandó con un golazo que prácticamente aseguró la llave a favor de Tijuana. A los 51', tomó un mal rechazo de Henrique desde el borde del área y, con un potente derechazo con la parte externa, la mandó a guardar al fondo de las redes de Bruno, que pese a la estirada no pudo evitar el segundo gol de los mexicanos.
El jugadón: Egoísmo de delantero
Sobre los 81', Tijuana tuvo la ocasión de sentenciar el partido, pues tras un gran contraataque, Riascos fue paciente para sacarse al arquero con gran habilidad, dentro del área, pero definió al medio y Henrique evitó de la línea un nuevo tanto del colombiano.
La calamidad: De héroe a villano
Si en el duelo de ida fue la figura, en la vuelta y ante su gente fue totalmente lo contrario. Bruno no tuvo el mejor de los partidos bajo los tres palos de Palmeiras: su actuación fue bastante floja y tuvo responsabilidad directa en uno de los goles de Tijuana. A los 26', no pudo contener un débil remate de Riascos y el balón se le terminó colando, para que finalmente este termine en el fondo de su arco. Blooper total.
La cancha: Torcida dolida
Pese a no pasar por uno de sus mejores momentos, la fanaticada de Palmeiras, como la de muchos equipos en Brasil, respondió a gran altura en el Pacaembú. El apoyo fue total durante gran parte del partido, pero al final la decepción también fue grande tras el pitazo final que sentenció la eliminación del 'Verdao'.
El escándalo: Una amarilla no es roja
Juan Soto tuvo una terrible confusión en el partido. A los 31', le mostró amarilla a Ruiz e, inmediatamente, la roja al jugador de Tijuana, pero todo de manera equívoca, pues el volante mexicano no había recibido antes ninguna amonestación. Felizmente sus colaboradores le hicieron ver el error, por lo que el árbitro retificó su sanción dejando en el campo al jugador en mención. Igual, ello no dejó der ser catastrófico para un árbitro, en un contexto tan importante como la Copa Libertadores.
Kazuki Ito: Menos un voto
La cuarteta arbitral, de nacionalidad venezolana, que tuvo como juez principal a Juan Soto, gozó de mucho trabajo en el partido. La rudeza con la que se jugó en muchos tramos el encuentro, hizo que el árbitro tuviera muchos problemas para controlar la pierna fuerte y, aunque acertó mostrando las 12 amarillas en el partido, incluída la segunda que derivó en expulsión de Aguilar, pudieron ser aún más. Lo más críticado de Soto fue el penal cobrado a favor de Palmeiras tras una mano de Gandolfi que dejó muchas dudas.
Fotos: AP, AFP
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