Foto: AFPCon claridad y predominio, Boca Juniors celebró en 'La Bombonera': Silva y Sánchez Miño le dieron el 2-0 sobre una 'U' de Chile que nunca se encontró con su juego.

Semifinal (ida) - Copa Libertadores 2012

Llave S2

Estadio Alberto J. Armando 'La Bombonera' (Buenos Aires) - jueves 14/06

Boca Juniors 2 (Santiago Silva 15', Juan Sánchez Miño 54') - Universidad de Chile 0 

El clima benigno de Buenos Aires este jueves impedía presagiar la espesa niebla que cayó sobre 'La Bombonera' poco antes del inicio de la segunda semifinal de ida de la Copa Libertadores. El juez colombiano Wilmer Roldán dudó, por eso, de dar inicio al cotejo a la hora programada, y en algún momento hasta se tuvo que paralizar el partido por ese motivo. Pero lo que nunca estuvo en duda fue la superioridad de Boca Juniors, plasmada de inicio a fin y ratificada en el marcador.

La propuesta trepidante de Sampaoli, ese 3-línea-3 bielsista que se apoya sobre todo en el ida y vuelta de Aránguiz y Díaz, los volantes centrales, no encontró eco a los costados. Allí Somoza y Erviti, los volantes laterales del rombo xeneize, ganaron con facilidad las espaldas de sus pares chilenos y mantuvieron el ritmo del partido con la visita arrinconada y resistiendo embates. Por eso el gol de Silva, apenas al cuarto de hora, fue más una consecuencia que el resultado de una recurrencia: en el momento cuando Boca se decidió a matar, así lo hizo, con el uruguayo aguantando el tiro, jalando hacia atrás la pelota y fusilando en forma rasa a Herrera.

Luego Boca mantuvo el control, siempre apoyado en los pases milimétricos de Riquelme y con mucha colaboración de los laterales: tanto Roncaglia como Sánchez Miño tuvieron libertad para trepar pues el ataque azul anduvo un poco alejado del área. Junior Fernandes, por ejemplo, se dedicó más a tirar centros que a recibirlos, por lo cual las opciones ofensivas de la 'U' pasaron más por balones parados, como un tiro del especialista Díaz que Orión desvió a doble mano, en vistosa intervención, a poco del final del primer tiempo.

En el complemento, ambos técnicos demoraron -o no arriesgaron- en mover el tablero. Sampaoli solo lo hizo cuando ya había encajado el segundo: rápida contra por izquierda, tiro a boca de jarro de Erviti y contragolpe que es tomado a la carrera por Sánchez Miño por el 2-0. Fue, otra vez, consecuencia de un juego equilibrado hacia un lado de la balanza. Bien Schiavi controlando en el fondo los -pocos- intentos azules, bien Ledesma conteniendo al promocionado Lorenzetti; fue este último quien dejó paso a Raúl Ruidíaz a poco del final, pero el peruano tuvo pocas o casi ninguna ocasión de inquietar. Como en general no las tuvo la 'U', que bien podría haber perdido por el mismo marcador de 2-0 pero con otra imagen ofensiva, aquella que lo caracterizó en partidos anteriores. Es esta última imagen la que impide de desventaja respecto de Boca, más que los propios dos goles anotados por la azul y oro, la que impide creer que en una semana en Ñuñoa la historia pueda ser muy diferente de la que se vio aquí a orillas del Río de La Plata. 

Foto: AFP

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