Foto: EFE

Cienciano ganó el partido de ida por la Pre-Libertadores frente al Montevideo Wanderers por la mínima diferencia, en su fortín del Garcilaso. Más allá de todo el bolondrón por el tema de la altura y la lluvia que azotó el Cusco, el 'Rojo' fue superior, aunque no satisfizo a la hinchada ya que pudo haber sacado una mayor ventaja para afrontar el partido de vuelta en Uruguay.

Con tan solo uno basta. Eso diría una persona que conoce su capacidad de rendimiento y ha calculado específicamente lo que viene en un futuro próximo. O, tal vez, una persona a que no aspira a lo suficiente para satisfacerse a uno mismo. Como Cienciano recién empieza, puede decirse que todavía no conoce la capacidad plena de su rendimiento, pero solo atendiendo a las caras de los jugadores cusqueños, sin siquiera necesidad de haber seguido los 90 minutos, cualquiera podría percatarse de que quisieron haberse ido con algunos goles más bajo el brazo.

Ccahuantico, como siempre, apeló al juego fuerte para imponer condiciones en el mediocampo (Captura: Fox Sports Americas)Con la poca preparación tenida por ambos equipos, la verdad que se podía esperar menos por parte de ellos, sobre todo de Cienciano, que apenas practicó fútbol con un equipo regional del Cusco. Montevideo Wanderers, en cambio, había perdido por 1-2 frente al local Nacional y le ganó por 2-1 al paraguayo Olimpia en dos partidos de preparación que disputó la semana pasada en Montevideo.

Como fuere, Navarro creyó en apostar por su filosofía de juego al seguir jugando con el sistema que le resultó en varias victorias en casa al equipo cusqueño durante el Torneo Clausura del año pasado, el 3-4-1-2. De hecho quería sacar ventaja de local, pero su idea no se plasmó mucho en el campo. Solo presentó algunos cambios de nombres que durante el partido se tornaron importantes, como el caso de Roberto Guizasola, quien hizo lo que quiso por la banda derecha del cuadro charrúa y, claro está, el japonés Sawa en ataque.

El gol llegó temprano, apenas a los 13', tras un gran desborde de Sawa, quien definió así de zurda tras eludir a dos rivales (Captura: Fox Sports Americas)En tanto, el equipo bohemio de Montevideo saltó al Garcilaso con la única idea de desarrollar un trámite propicio para el partido de vuelta. Ello se reflejó en su planteamiento bastante conservador, con dos líneas de cuatro bien definidas. Cada vez que atacaban lo hacían con la iniciativa de Facundo Martínez y con la rapidez de Danilo Peinado, que poco o nada terminaron incidiendo en el desarrollo del encuentro. Era demasiado pedir que alguien diera un pase a profundidad como los daba el más histórico jugador de sus canteras, Enzo Francescoli.

La alegría temprana, así, estaría del lado del 'Rojo'. El ‘Ponja’ Sawa quiso comenzar el año queriendo sacarle a la gente cusqueña el  buen recuerdo que dejó José Carlos Fernández el año pasado para escribir su propia historia con signos orientales. El nipón, que esta noche tuvo su primera experiencia jugando la Libertadores, marcó el único tanto tras haberse sacado de su camino a dos uruguayos. Zafó de la marca de Britos para meter un zapatazo ante el cual el arquero Sergio Martínez no pudo extenderse del todo para evitarlo.

Una entrada fuerte de Marengo desató un pequeño conato de bronca que pudo hacer que el cotejo se le fuera de las manos al juez ecuatoriano Carlos Vera (Captura: Fox Sports Americas)El conjunto imperial lucía rejuvenecido y airoso en su primera presentación en el año. Todo lo contrario de lo que ocurría con el conjunto de Goncálvez, que parecía haberse intimidado por la pronta anotación en contra, más allá de que sus jugadores se movían al compás de la velocidad de Chiroque y Sawa. El lluvioso clima ayudaba, ya que los tropezones que se daban los charrúas eran concurrentes -sino habría que preguntarles a Fadeuille y Vanderhoght-. Algo que sorprendía, pues las canchas uruguayas no son ajenas a este tipo de aguaceros.

El complemento del partido decayó tanto para el conjunto cusqueño como para el tímido equipo charrúa, que empezaba a utilizar un fuerte cerrojo que acabó por "karmear" a Cienciano, que caía un tanto en imprecisiones puesto que Guizasola ya no optaba por sus concurrentes arremetidas. Ello tuvo que ver con que Tellechea y Vanderhoght decidieran cambiar posiciones, ya que en el primer tiempo este último solo veía la espalda del ex-lateral de Alianza cada vez que sacaba un centro desde el fondo.

Un gol convertido por Sawa con el pecho fue incorrectamente anulado por supuesta posición adelantada, lo cual influyó en el resultado final (Captura: Fox Sports Americas)Durante los minutos finales, el olor a intranquilidad se percibía sobre todo en la cara de Navarro, que cada vez se impacientaba más con la pérdida de pelota de su equipo. La mirada de los técnicos era disímil: mientras uno apelaba a la tranquilidad y al orden de su zaga, el otro recriminaba los errores de sus defensas. Y la furia de Franco se sintió fuerte tras la torpeza de Carlos Solís al mandar la pelota fuera de la cancha: como práctico zaguero central, 'Cachetada' solo pensó en patear el balón sin importar donde llegara, y Navarro -un goleador de aquellos- estalló al ver tal falla técnica.

Al final, los 3,350 metros de altura no terminaron por ayudar mucho a Cienciano a sacar una amplia diferencia, ni tampoco terminaron por desgastar al equipo bohemio al punto de impedirle llevarse un solo gol en contra. En el llano montevideano, quien sabe si con lluvia, habrá una nueva historia por escribir dentro de una semana.
 

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