Foto: Prensa River PlateRiver le pegó un fuerte sopapo a Racing, que llegó a Núñez entonado pero fue pasado por encima por una 'Banda' que se reencontró con el gol por todo lo alto. Sobre la base de contragolpes y pelotazos a las espaldas de una primera línea endeble, el equipo de Marcelo Gallardo afinó los instrumentos y su orquesta decretó un 3-0 inapelable.

    Roberto Castro | @rcastrolizarbe
    Director General

LA DURA REALIDAD. La polémica alrededor del caso Bruno Zuculini y un nuevo fallo sobre la misma fecha del duelo de revancha por parte de la Conmebol -por el cual desestimó el pedido de Racing por extemporáneo- decoraron, como se hace fea costumbre en esta parte del mundo, los prolegómenos de un partido que pintaba bonito. Porque a diferencia de lo que ocurrió en la ida, cuando el lapso de estudio se prolongó casi por 90', las últimas presentaciones de ambos en el torneo local argentino los obligaban a ir al frente. Eso hizo Racing, con 10 minutos iniciales muy parecidos a los que, por ejemplo, le permitieron golear a domicilio el último viernes a Patronato en Paraná: pases cortos, movilidad de sus volantes extremos en un 4-1-3-2 muy atrevido y búsqueda de desbordes, para delicia del público.

PRATTO DE BIENVENIDA. Sin embargo, al frente no estaba Patronato, sino el famoso, el famoso River Plate. El equipo de Marcelo Gallardo que si bien venía de tres partidos en su campeonato sin convertir goles, tampoco los había recibido porque tiene bajo los tres maderos a un Franco Armani que ya se tumbó el récord de Amadeo Carrizo y va por más. Y como Edgardo Coudet dispuso ese sistema ultraofensivo descrito en el acápite anterior, había licencia para aprovechar el contragolpe. Lo hizo un goleador de oficio como Lucas Pratto a los 12', en la primera de varias pelotas ganadas a la carrera por un flanco que se haría clave para explicar la debacle académica en Núñez.

SE ALQUILA UN CUARTITO. El espacio en cuestión fue el intersticio entre Nery Domínguez, expuesto a su suerte como único volante recuperador, y Renzo Saravia por el carril derecho. Esos diez, acaso quince metros entre ambos fueron los únicos que Marcelo Gallardo, en su sapiencia y buen ojo, se ocupó de ganar como terreno. Hacia allí discurrieron todos los balones recuperados por la orquesta del 'Muñeco', principalmente por Ignacio Fernández y bien tratados por un Juan Fernando Quintero al que el pase largo con el frac que lleva banda al centro le calzan cada día mejor. La sinfonía que hace semanas se extrañaba en el 'Monumental' comenzó a sonar, porque Racing se estrellaba en esos arrebatos de Ricardo Centurión y Gustavo Bou que no llegaban a encontrar el botín de Lisandro López.

Gustavo Bou y Enzo Pérez se enfrentan por el balón en la mitad de cancha. (Foto: Prensa River Plate) 

EL PALACIOS QUE GOBIERNA. Mientras que en River sí había quién respondiera en esos metros finales: en solo cinco toques (¡dos de ellos pases equivocados, de Neri Cardozo y Alexis Soto!), el balón pasó de área millonaria a área blanquiceleste, y Exequiel Palacios, con su buen pie, definió para inclinar la balanza de manera definitiva, en el marcador y en el juego. El tucumano se ratificó como una pieza hábil y desequilibrante, ideal para acompañar al delantero de área que estuviere de turno: o Pratto, o Ignacio Scocco -quien ingresó-, o Rodrigo Mora -también tuvo minutos- o el entusiasta Rafael Santos Borré, quien ya en la recta final rubricó, con toque corto de derecha, como goleada una noche de reencuentro de la 'Banda' con el fútbol show.

CHACHO BOLSA. Para ese momento, ya Racing había caído en la degeneración propia de verse superado futbolística y anímicamente. El 'Chacho' Coudet había enviado para el segundo tiempo al campo a Guillermo Fernández, alguien que no solo venía lo suficientemente bien como para no ir al banco sino que puede ofrecer el equilibrio que no proporciona Centurión en partidos así. Porque 'Ricky', con todo su talento, tiene consabidos problemas de conducta que le harán perder los papeles en partidos calientes como le pasó ante la -maquiavélica- provocación de Enzo Pérez con el resultado consumado, para acabar en infantiladas con la tribuna millonaria. Todo lo bueno que ha venido construyendo Racing de la mano de un entrenador muy capaz se despinta con escenas así, que a la 'Academia' bien pueden servirle para sopesar cuán costoso es darle tanta relevancia a un futbolista que puede ser muy de la casa pero es fuente permanente de riesgo; como que la comprensión no siempre equivale a respaldo.

Los Goles

Fotos: Prensa River Plate


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La ficha del River 3 - Racing 0

 

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