Foto: AFPGuaraní cometió errores claves y Atlético Nacional los aprovechó para sacar un importante 0-2 de Asunción. El equipo dirigido por Alexandre Guimarães se apoyó en el dúo formado por Álvez y Barrera para complicar cuanto pudo a un 'Aborigen' perplejo.
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Víctor Sierra | @VictoRS2903
Redactor

Después de un año opaco en materia internacional, Atlético Nacional volvió por sus fueros una noche y eligió Asunción, plaza que fuera testigo de su primer gran éxito internacional en 1989, para demostrar que la mejor versión verdolaga está encaminada a volver. El Defensores del Chaco, como en aquella final ante Olimpia, fue mudo testigo de un partido que en principio debía disputarse en el Rogelio Livieres, pero acabó mudándose sin que Guaraní terminara nunca de sentirse en casa.

El planteamiento del brasileño-costarricense Alexandre Guimarães se fundamentó en aprovechar la banda derecha. Juntando a Yerson Candelo y a Jarlan Barrera, el cuadro paisa lograba llevar peligro al área rival. El capitán Bryan Rovira se encargaba de distribuir el balón en el 4-3-3 con el que los de Medellín iniciaron las acciones. En el banco opuesto, Gustavo Costas nunca cambió de libreto y siempre intentó buscar a Raúl Bobadilla, pero ni José Ignacio Florentín ni Jorge Morel tuvieron un buen rendimiento en esta oportunidad.

Fue especialmente clave sin duda para el éxito de la visita el aporte de Jonatan Álvez. El ex Barcelona de Guayaquil, aparte de llevar peligro por el sector derecho, también se encargó de presionar la salida de Alexis Villalba y de Roberto Fernández. Durante la segunda mitad, el ariete uruguayo recurrió a retroceder para formar un rombo en el mediocampo y manejar más el balón.

Álvez a la carga, en un mano a mano ante Servio. El uruguayo forzó al lucimiento al meta del 'Cacique'. (Foto: Conmebol) 

En contraposición, uno de los principales problemas de Guaraní fue que nunca cambió su forma de ataque. Está dicho que de inicio a fin el 'Aborigen' intentó encarar el partido bajo el mismo método: centros para Bobadilla o para los extremos contrarios al lado desde donde se centraba. Pocas veces Florentín o Morel intentaron tras arrebatos individuales, y en las pocas ocasiones que lo hicieron claramente no tuvieron éxito alguno. Los cambios, nominales, ayudaron muy poco.

Donde sí hubo más equilibrio fue en el rendimiento de los arqueros. Gaspar Servio, con mayor presencia en el partido, impidió que el marcador fuera mayor y durante el segundo tiempo aprovechó eso para salir rápido, aunque no pudo evitar el tanto de tiro libre de Rovira que en la agonía estiró la cuenta. Por el lado vencedor, Aldair Quintana estuvo atento para cortar los centros y manejar a su favor un partido sin sobresaltos, que quizá se le fue un poco de las manos al árbitro Jesús Valenzuela en el tramo final, aunque nunca tanto como a un Guaraní que nunca pudo controlar las acciones.

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Fotos: Conmebol; AFP


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