Foto: AFPBarcelona empató 1-1 ante un Fluminense que tuvo el control del juego pero no pudo capitalizar sus chances. El 'Ídolo del Astillero' alcanzó las semifinales por novena vez en su historia y se plantó como único aspirante a discutir la hegemonía brasileña en el continente.
Luis Valenzuela | @figovalenzuela
Redactor

La alegría que se montó en todo Barcelona SC luego del pitazo final de Esteban Ostojich fue tremenda. El cuadro mostaza logró evitar una semifinal plena de equipos brasileños con el 1-1 asegurado en el Monumental Banco Pichincha, y esa hoy por hoy es una hazaña que trasciende el mero orgullo del fútbol ecuatoriano para colocarlo como adalid del balompié continental.

Obligado a anotar, el equipo de Roger Machado presentó un cambio en la oncena titular debido a la lesión de Gabriel Texeira y al discreto partido de Juan Cazares en la ida. Los reemplazos fueron André y Paulo Ganso, quienes tenían la misión de hacer que Fluminense tuviera mejor control del balón. Y lo lograron ya que el cuadro tricolor tuvo el 65% del tiempo la posesión del balón, más que en ningún partido jugado en esta edición de la Copa Libertadores, pero no pudo aprovechar ello para marcar diferencias. Los remates desviados de Fred y Luiz Enrique fueron las únicas jugadas del primer tiempo que llevaron peligro sobre el arco de Javier Burrai.

Por el otro lado, el equipo de Fabián Bustos presentó como único cambio en la oncena titular el ingreso de Adonis Preciado por Emmanuel Martínez. El brillante partido hecho por el extremo en la ida ayudó para que jugara desde el principio. El problema fue que la falta del control del balón hizo que Barcelona no tuviera ocasiones de peligro sobre el arco de Marcos Felipe en el primer tiempo: jugadores como Damián Díaz y Jonathan Perlaza tenían problemas para desplazarse sin el control del balón, lo que causaba que su presencia en el campo sea discreta. Pero esto no desesperaba a Bustos, ya que su equipo contaba con el resultado a favor.

Los problemas se presentaron para Fluminense con la lesiones de Ganso, producida cuando este intentó hacer una chalaca en el primer tiempo, y de Yago, quien se torció el tobillo en la disputa de un balón en el segundo tiempo. Los ingresos de Juan Cazares y Kayky no fueron el revulsivo que Roger Machado esperaba: el 'Tricolor' perdió el control total del balón, algo que terminó afectando el planteamiento dispuesto. Esto fue aprioechado por Barcelona con los ingresos de Michael Hoyos y Michael Carcelén, quienes ayudaron a que el equipo mostaza tuviera mejor control del balón y mayor contención en el mediocampo.

Mastriani le gana por alto a Luccas Claro. El uruguayo fue fundamental en la ofensiva y anotó el tanto que aseguró la clasificación torera. (Foto: AFP) 

Y así se llegó la jugada clave del partido. La inspiración de Hoyos hizo que este decidiera picar el balón al vacío para que Gonzalo Mastriani estuviera solo frente a Marcos Felipe. El delantero controló el balón y definió de manera exquisita para generar el delirio en los jugadores del 'Ídolo del Astillero'. Esto hizo que Nenê y Abel Hernández ingresaran en Fluminense para buscar darle vuelta al marcador, pero sus esfuerzos no fueron suficientes; apenas alcanzaron para que el VAR tuviera que intervenir en una jugada en la que Williams Riveros puso el codo en la cara de Luccas Claro cuando ambos disputaban el balón alto en el área. Gracias a eso Fred consiguió la paridad, pero solo alcanzó tiempo para el silbatazo definitivo de Ostojich.

Barcelona es el único equipo no brasileño o argentino que llega a las semifinales de la Copa Libertadores desde 2016, cuando Independiente del Valle alcanzó esa instancia. El cuadro torero no es un finalista seguro a priori, pero ya ha hecho historia: se ha plantado de cara contra una tendencia hegemónica que parece irreversible, y eso reviste un enorme mérito.

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La ficha del Barcelona SC 1 - Fluminense 1

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