Foto: AFPLa llave más esperada de octavos de final acabó con otro 0-0, una tanda de penales bastante errática y en pelea callejera. Pero lo cierto es que Atlético Mineiro avanzó a costa de un Boca nuevamente perjudicado por una decisión muy cuestionable del VAR y sus propias imperfecciones.
Sebastián Rubio | @sebasrubiogr00
Redactor

Del enfrentamiento entre Atlético Mineiro y Boca Juniors se esperaba bastante como llave, pero al cabo de los 180 minutos se obtuvo un partido que ninguno de los dos equipos pudo demostrar su poderío ni en el plano individual ni en el colectivo. Se peleó mucho más de lo que se jugó, algo que fue una constante en la serie, tanto en la ida como en la vuelta, y los bochornosos sucesos del final del partido, con una bronca de proporciones en la entrada a los vestuarios, no hicieron más que estar a tono con esa onda.

Del lado del equipo de Miguel Ángel Russo, algo constante es que le cuesta hacerse cargo del juego, y al defender, no tiene un sistema que lo respalde. Carlos Izquierdoz y Marcos Rojo no logran hace tiempo cuajar seguridad al intentar salir jugando, algo que se complicó más con el sistema 4-3-3, con dos volantes interiores y Esteban Rolón como eje. A los lados, Diego González y Cristian Medina no tuvieron el mejor partido: lucieron incómodos con la pelota y se complicaron para hacer la cobertura a Marcelo Weigandt, quien por el contrario tuvo un desempeño correcto y incluso anotó un tanto tras un grosero error de Éverson que minutos después fue incorrectamente anulado por el VAR.

Así, la única forma que el cuadro xeneize tenía de llegar al arco de Atlético Mineiro e intentar generar alguna situación clara de gol era apostar por las transiciones rápidas con el trío formado por Cristian Pavón, Nolberto Briasco y Sebastián Villa. De igual manera, al cuadro de la Ribera le costó mucho cuando Briasco tenía que jugar de espalda al arco, ya que el equipo no le generaba situaciones limpias.

La polémica anulación del gol xeneize marcada por el juez Ostojich desató la virulenta reacción del plantel xeneize. (Foto: AFP) 

En el lado opuesto, los dirigidos por Cuca pararon un 4-2-3-1. Allan era el encargado de ejecutar el primer pase y romper líneas para que Ignacio Fernández pudiera recibir balón y, de esa manera, distribuir el juego con Matías Zaracho y Jefferson Saverino. El desempeño del 'Galo' dejó que desear, aun en los momentos en que fue superior en el trámite, ya que nunca fue profundo con los extremos ni consiguió pisar el área con los volantes, que es uno de los sellos más valiosos de este equipo.

Boca, por su parte, tampoco hizo muchos méritos, aun cuando como en la ida volvió a convertir -como se indicó- un tanto que el VAR anuló. La lectura del offside de Weigandt depende del ángulo de la cámara y de en qué punto se pause el centro de Villa; es posible, según el caso, apreciar dos tipos de jugadas distintas. Pero más allá de la acción específica, el arbitraje en general dejó mucho que desear e incluso perjudicó el juego de ambos equipos.

Lo cierto es que Atlético Mineiro sufrió, pero gozó. Sin ser superior logró irse a los penales, y con toda la carga emotiva que gobernaba el 'Mineirao' a partir de las decisiones arbítrales, la tanda resultó más tensa de lo común. Esto quedó claro cuando de los nueve tiradores, fallaron cinco: Hulk, Hyoran, Izquierdoz, Rolón y Villa. No es común que tantos jugadores fallen y sobre todo de esa calidad individual, pero lo cierto es que fue el mejor colofón de una llave que regaló emociones, pero de otros tipos muy distintos de los previstos.

Los Goles

No hubo.

Las Fotos

Fotos: AFP


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La ficha del Atlético Mineiro 0(3) - Boca 0(1)

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