Foto: AFPProgreso tardó 30 años en volver a disputar un partido internacional y se topó con la horma de su zapato. Como en 1990, Barcelona y sus fantasmas se pasearon por Montevideo: esta vez el cuadro torero dominó de principio a fin y ganó por un claro 0-2 que lo encamina a segunda fase.

Víctor Sierra | @VictoRS2903
Redactor

La Copa Libertadores 1990 es especial en los recuerdos de algunos equipos con cosas en común, como los colores amarillo y rojo. Barcelona fue subcampeón de la mano de Miguel Ángel Brindisi; Progreso no disputaba un torneo internacional desde aquella ocasión, en la que quedó eliminado cuando el cuadro de Guayaquil le robó un 2-2 en octavos de final. El golero local era Leonel Rocco, quien en el Perú atajó en San Agustín, Cienciano y FBC Melgar; esta vez, para decorar la reminiscencia, estuvo en el banquillo de 'Los Gauchos del Pantanoso' para observar, impotente, cómo su equipo era nuevamente superado sin atenuantes por el 'Ídolo del Astillero' de la mano de un Damián Díaz exultante.

La Pizarra: Subió en dos

Progreso: El 4-3-2-1 incial que mandó Rocco no supo equilibrarse en el fondo y sufrió varias veces. Perder la marca era el error más recurrente en la zona defensiva. El mediocampo varió en el segundo tiempo; por la desesperación de empatar, el esquema se transformó en un 4-3-3 que debía dar más peso en la volante, aunque nunca se corrigieron las lagunas en la zaga.

Barcelona SC: La clave del 4-2-3-1, aparte del notable desempeño de Díaz, fue que los extremos Martínez -Fidel y Emmanuel- entraban en diagonal, mientras Jonathan Álvarez retrocedía para asociarse y jugar en pared. Los ataques de los locales eran repelidos con facilidad debido a que Gabriel Marques y Bruno Piñatares salían rápidamente a cortar las jugadas, a veces con faltas lejos del área.

El Capo: Don Damián

Díaz celebra el gol de Martínez ante la silenciada tribuna local. (Foto: AFP) 

A los 33 años, el rosarino Damián Díaz manejó el partido y se supo ubicar durante los 85 minutos que estuvo en el campo. En ambos goles tuvo participación y no le bastó generar jugadas de peligro, sino que además también buscó finalizarlas, pero era cortado rápidamente con faltas o fueras de juego. Mérito de Fabián Bustos, quien lo ubicó en el lugar correcto: detrás del punta, lo que sirvió para dinamizar un partido que asomaba trabado.

Kazuki Ito: Se pudo agregar más

Las cinco tarjetas amarillas mostradas por la cuarteta chilena no reflejaron el partido. Varias faltas por parte de ambos equipos también merecieron cartulinas, incluso alguna roja por allí. Los asistentes estuvieron acertados, aunque pudieron ayudar al principal Eduardo Gamboa a llevar el trámite por un mejor camino.

Los Goles

Fotos: AFP


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La ficha del Progreso 0 - Barcelona SC 2

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