Foto: AFPBarcelona arrolló a Cristal por un humillante 4-0 en Guayaquil. La volante ofensiva torera se dio un festín ante un cuadro rimense desastroso en defensa que concedió todas las licencias posibles en la marca.
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Jorginho Abanto | @A23Abanto
Redactor

En medio de la noche guayaquileña repleta de amarillo por doquier, había unos cuantos hinchas cerveceros, alrededor de 200, apostados en uno de los codos del Monumental Banco Pichincha. Es sobre todo a ellos a quienes una noche tan terrible y caótica les debe más que una explicación: porque se puede sucumbir, se puede caer sin atenuantes. Pero el paupérrimo nivel defensivo mostrado por Sporting Cristal en su estreno en esta Copa Libertadores rebasó los límites de lo tolerable. La fiesta de Barcelona SC dilapidó todas las existencias de cerveza procedentes del Rímac como si de tratara de un open bar: chiches, lujos de los dos Martínez -Enmanuel y Fidel- y un Damián Díaz suelto a placer para divertirse y en la práctica mofarse de un equipo entregado. Sin duda, de las páginas más penosas de la historia celeste en un torneo continental.

La Pizarra: A por todo y contra nada

Barcelona: Fabián Bustos alineó los mismos jugadores que ante Progreso. Pero esta vez no los dispuso en un 4-2-3-1: saltó con un 4-trapecio-2 agresivo que presionó a toda la volante cervecera. Damián Díaz fue el orquestador principal, pues desde que el ‘10’ pisaba la pelota ya tenía pensado a quien dar el pase. Enmanuel Martínez fue el encargado de desequilibrar por izquierda; Carlos Cabello nunca le apuntó la placa, y al argentino solo le faltó el gol. Su colombroño Fidel Martínez se llevó la mejor toma, pues anotó en dos ocasiones; en ambos fue asistido por Enmanuel, aunque en el segundo se llevó por delante a Patricio Álvarez, a quien terminó fusilando en área chica. La defensa mostaza estuvo sólida y Bruno Piñatares junto a Gabriel Marques acompañaron en la recuperación del balón.

Cristal: Manuel Barreto ensayó un 5-3-1-1 que sus jugadores no comprendieron; si con eso se buscaba asegurar el resultado y salir vivo de la caldera amarilla, pues fue la peor idea posible. Ninguno de los cincos defensores estuvo concentrado: a los 7 minutos ya había caído el primero y antes de los 15' se produjo el segundo. Jorge Cazulo, Martín Távara y Horacio Calcaterra movían el esférico solo hasta cierto punto pues eran constantemente presionados; delante, no había profundidas ni ideas, con un Cristian Ortiz desaparecido y Washington Corozo demasiado alejado del balón. En el segundo tiempo el elenco bajopontino maquilló un poco su pobre imagen, pero era demasiado tarde; ni los ingresos de Emanuel Herrera o Kevin Sandoval terminaron por inquietar a la zaga local. A poco para el final, Omar Merlo complicó la salida rimense y le entregó a Álvarez de modo incauto un balón que, bajo presión de Byron Castillo, llevó al golero a cometer un penal que capitalizó Jonathan Álvez.

El Capo: Demoledor

Fidel Martínez definiendo ante Álvarez. El extremo torero vivió una noche sensacional. (Foto: AFP) 

Fidel Martínez llegó con estas dos anotaciones a cuatro tantos en la presente Libertadores. Incisivo en ataque, el exmundialista ecuatoriano estuvo imparable, además de atento para ganar las espaldas siempre a los defensores celestes y pasearse en el área rival. No ubicado por nadie, anotó dos tantos que bien pudieron ser más.

Kazuki Ito: Solo un error

La cuarteta chilena, en líneas generales, estuvo bien: próxima a las jugadas peligrosas y sancionándolas. Sin embargo, el juez Cristián Garay le anuló un gol a Barcelona ante el erróneo aviso de su asistente Claudio Díaz, cuando en la repetición televisiva se notó claramente que Enmanuel Martínez no estaba en posición adelantada.

Los Goles

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Fotos: Prensa Barcelona SC; Prensa Conmebol; AFP


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