Foto: AFPEn un partidazo del equipo de Marcelo Gallardo, River le ganó 0-2 a Palmeiras y se quedó a un tanto -anulado por el VAR- de forzar los penales en el Allianz Parque. Con el global a su favor, el asustado 'Verdão' clasificó a su quinta final de Libertadores.
Félix Arias Schreiber | @totoasch
Redactor

Dicen que el fútbol no es de merecimientos, ¿pero quién determina el mérito? Este martes 12 se enfrentaron dos equipos de campaña magnífica: Palmeiras, que estadísticamente es el mejor equipo de la Copa Libertadores 2020; y River Plate, club que, pese a la derrota global, acabó el torneo en su pico de rendimiento. Tras la humillación propinada en Avellaneda, el cuadro de Marcelo Gallardo arribó a Sao Paulo con la difícil tarea de darle vuelta al 0-3 sufrido; tarea que, de visita, nunca ha sido logrado por equipo alguno en la historia de la Libertadores. Sin embargo, desde el instante inicial la rebeldía y aguerrida raza de los millonarios para atacar se plasmó en un primer tiempo que culminó 0-2. Tras esto, se preveía una fácil remontada... Que no llegó.

Sucedió que el segundo tiempo se mantuvo igual: un solo equipo en el campo. Y es que la conservadora propuesta de los de Abel Ferreira parecía una buena alineación para defender el resultado, pero la displicencia y falta de actitud de la 'Palestra' encimó a River como soberano en el terreno. Tras un gol y un penal anulados -corrctamente- por el VAR, Palmeiras renació para repeler todo ataque argentino. Por poco, muy poco, se quedó River; pero se va con la sensación de que, ajustando términos no mostrados en la ida, hoy estaría en otra final.

La Pizarra: Vuelco de 180°

Palmeiras: El cuadro de Abel Ferreira alineó 4-2-3-1. Con la ausencia de Felipe Melo en la contención, la importancia de Gustavo Gómez, capitán y estandarte en la zaga verde tomaba más relevancia. Por eso, la lesión del paraguayo en la primera mitad significó una considerable baja de la que el cuadro italobrasileño jamás pudo recuperarse. Otros ingresos, como los de Breno Lopes o Emerson Santos, estuvieron meramente pensados para contener como fuera el envión visitante.

River: Gallardo y su 5-3-2 jugaron un partido casi perfecto. ¿Por qué? Porque en estas instancias, los juegos demoran 180 minutos, y la paliza en cancha de Independiente era la única explicación de la ausencia millonaria en la final. Su ataque fue dominante y certero, pero el que no pegó al inicio, termina condicionado. Por lo demás, fue tal la confianza del DT riverplatense en lo propuesto que los cambios llegaron solo al minuto 87.

El Capo: Banda fulminante

Montiel y la celebración que se frustró: marcó el tercer tanto ansiado por todo River, pero el VAR -correctamente- se lo arrebató. (Foto: AFP) 

Gonzalo Montiel es de esos laterales que parecen delanteros. Su recorrido y capacidad de asociación por la banda derecha permitió a River encimarse sobre Palmeiras y generar constantemente centros de peligro. Encima marcó el tercer gol que, por movimientos anteriores, fue anulado por el VAR.

Kazuki Ito: La tecnología en el fútbol...

La cuarteta uruguaya liderada por Esteban Ostojich recibió muchas críticas; sin embargo, su actuación fue correcta. La constante paralización del juego es un tema que el VAR tiene pendiente con el desarrollo del partido -sobre todo en Sudamérica-, pero lo cierto es que en esta ocasión toda decisión tecnológica se ajustó a la realidad.

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Fotos: AFP


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La ficha del Palmeiras 0 - River 2

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