Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comSe acabó la participación peruana en la Libertadores con Cristal y Aurich sin aprovechar un escenario similar: ganar de local para clasificar. Así una nueva mini crisis se genera.

Ante cada eliminación de Eliminatorias, Copa Libertadores, Copa Sudamericana y cualquier campeonato juvenil, siempre llega una "crisis" de una o dos semanas, a lo mucho, al fútbol peruano. Muchas voces desde distintos sectores se alzan para castigar el trabajo en menores, la preparación de los equipos, al técnico, a los jugadores, etc. Los problemas siempre son los mismos. Otras voces, con una que otra mentada de madre o algún chisme de página amarilla de por medio, opinan desde el subsuelo. Que no se quiso ganar, que faltó "huevo", etc.

Cielo despejado

En el grupo que comparten Cristal y Aurich en el Torneo del Inca se observa en la tabla la distancia entre ambos equipos en la cancha. Segundo y último, respectivamente. Mientras que uno tiene una propuesta clara y jugadores que se potencian en ella, el otro ha perdido identidad y depende de la inspiración individual. La Copa Libertadores, sin embargo, ubicó a ambos con oportunidades similares en la última fecha: ganar para clasificar. Ninguno pudo por distintos motivos.

Primero pienso, luego juego

Cristal tuvo una propuesta interesante, pero no supo ganar los partidos de local y le costó la eliminación (Foto: Andina)

Cristal no supo sostener su juego. En cada partido y en toda la fase de grupos, siendo una excepción el partido en Argentina ante Racing. La imagen que deja es que supo imponerse pero no mantenerse. Aprovechar los momentos en el fútbol es tan importante como volver ese momento regular. Cristal, al igual que en el fútbol local ante rivales complicados, puede superar hasta concretar y luego desinflarse para ceder lo que busca desde el inicio: dominar. Ante Guaraní tuvo la posesión, pero esta es una herramienta que debe tener sentido, sino termina siendo lo que hizo Cristal. Un alimento a la desesperación que lo llevó a olvidarse de la otra tarea: neutralizar las opciones del rival.

Primero juego bien, luego gano

Si Cristal buscaba ganar desde imponer su juego, Aurich lograba lo contrario. Solo tres puntos tuvieron explicación en su rendimiento: ante San José en Chiclayo. Pero tampoco jugó bien, sólo le alcanzó para superar a su débil rival. Ayer, en la alfombra mal hecha del Elías Aguirre, demostró que sin tener idea pudo aprovechar individuales en ataque que no tuvo, por ejemplo, Sporting Cristal. Hernán Rengifo, Luis Tejada y Germán Pacheco se pusieron el partido a los hombros y demostraron una jerarquía superior comparable solo con la de Carlos Lobatón para Cristal en la Libertadores. Solucionaron a propia cuenta con ayuda de un solitario Vílchez en la volante. Esa es la mezcla que mejor resultado le dio a Aurich en la cancha.

Ser constructivo no se negocia

Tigres -con un equipo alterrnativo- demostró ser superior a un Aurich que llegó a esta etapa con mucha fortuna (Foto: diario La Industria de Chiclayo)

La frase ya está hecha y la opinión prefabricada para Aurich y Cristal. Así son metidos en el mismo saco con un sello de "fracaso". Palabra de moda para aparentar una sinceridad y transparencia a prueba de balas, pero esconder un sensacionalismo que se regala. En ese contexto complicado, dos clubes llegaron hasta el final de sus grupos con la opción de pasar. No lo hicieron, pero no por eso todo es un desastre y se debe patear el tablero. La tarea es reflexionar. Rescatar lo positivo en lo individual y colectivo, profundizar el análisis y no quedar en el comentario cliché, y proponer.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Fotos: Andina, diario La Industria de Chiclayo


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