Uruguay - Tahití: El paseo inminente
Pese a sufrir un par de contratiempos (un penal errado y la expulsión de Scotti), Uruguay no tuvo problemas para imponerse 8-0 a Tahití y asegurar su clasificación a semifinales. Ahora, el equipo de Tabárez espera a Brasil, dispuesto a dar la sorpresa.
El capo: Mano de apoyo
Abel Hernández fue el jugador uruguayo que más se tomó en serio el duelo ante Tahití. El atacante del Palermo jugó para demostrar que puede ser titular en el equipo de Tabárez y marcó cuatro tantos. Asimismo, participó con dos asistencias. Ante un rival con grandes limitaciones, resulta difícil hacer un análisis, pero la predisposición de Hernández para jugar con un ritmo parejo durante los 90 minutos fue para destacar.
La clave: Fuera de trampas
Al igual que en sus dos primeras participaciones, ante Nigeria y España, Tahití apostó por aplicar el fuera de juego como principal arma defensiva. Sin embargo, la poca coordinación de su última línea provocó que Hernández tuviera espacios para hacer daño. Salvo en tres oportunidades, en las que el atacante del Palermo cayó en offside, durante el partido Hernández aprovechó el adelantamiento del último bloque oceánico y no perdonó: dos de sus cuatro goles fueron convertidos tras romper la trampa del fuera de juego.
La joyita: El juego del sube y baja
A los 24’, Abel Hernández rompió la trampa del offside que aplicó la defensa de Tahití a más de ¡treinta! metros de su arco. El atacante charrúa, con una veloz carrera, logró quedar mano a mano con Gilbert Meriel pero, antes de definir, intuyó que Jonathan Tahau lo había alcanzado. Para evitarse problemas, le sombreó el balón y, ante la salida de Meriel, definió con un sutil toque de zurda que se coló junto al palo. Fue el transitorio 2-0.
El tapadón: ¿Pena máxima?
En el inicio de la etapa complementaria, una incursión de Aguirregaray en área de Tahití terminó en una falta de Vallar, que el juez Pedro Proenca sancionó como penal. El encargado de ejecutar el disparo fue el experimentado Andrés Scotti, quien definió fuerte y abajo, al lado izquierdo del portero Meriel. Pero la sorpresa fue mayúscula cuando el portero de Tahití logró bloquear el tiro, aunque con suspenso, porque involuntariamente casi introdujo el balón con su codo y tuvo que coger el balón en dos tiempos.
El jugadón: El grito del silencio
Sobre el final del primer tiempo, Tahití tuvo hasta cuatro aproximaciones al arco de Martín Silva. Pero la más peligrosa se dio a los 40 minutos: Steevy Chong Hue penetró por el sector derecho de la zaga uruguaya y, tras llevarse al portero uruguayo –quien, incluso, tuvo un leve contacto con el tahitiano que bien pudo cobrarse como penal–, sacó un remate que chocó contra la cara posterior del pórtico charrúa. Fue la situación más clara que tuvo el cuadro de Oceanía en el partido.
El duelo: Lo agarraron de buen tiempo
Scotti fue el único charrúa que terminó con cara larga tras la victoria 8-0 de su equipo ante Tahití. El experimentado defensor de Nacional sufrió con la velocidad y el ímpetu de Chong Hue. El volante de Tahití provocó las dos amarillas que le costaron la expulsión a Scotti, quien estará ausente contra Brasil
El cambiazo: Con las pistolas cargadas
Luis Suárez fue otro de los que no se guardó nada ante Tahití y, en los veinte minutos que estuvo en el campo, regaló dos goles, a los 82’ y a los 90’. Como para ir calentando su puntería para las ‘semis’.
Kazuki Ito: Sin contemplaciones
El arbitraje de Pedro Proenca fue satisfactorio. El portugués expulsó correctamente a Andrés Scotti y a Teheivarii Ludivion. Asimismo, manejó bien el tema de las faltas y solo sacó amonestaciones cuando el juego fuerte comenzó a imperar en un partido de trámite lento. Sobre el cobro de los dos penales a favor del cuadro sudamericano, tampoco hubo mayores polémicas.
Fotos: AFP, EFE
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