España - Tahití: A media furia

El capo: Niño aplicado
Fernando Torres se paseó con la defensa de Tahití y se sacó al arquero con facilidad para definir a placer. El ‘Niño’ hizo cuatro goles, todos con correcta definición y siempre metido en el área como goleador.
La clave: Que más se podía esperar
Para España, todo se hizo más sencillo a partir del amateurismo de Tahití, por lo que cualquier planteamiento táctico simplemente se extinguió en la anécdota. Fue, sin duda, evidente el bajo nivel que mostró el seleccionado oceánico que, a pesar de mostrar mucho esfuerzo físico, exhibió todas sus falencias y confirmó su condición de equipo frágil.
La joyita: Suficiente con eso
El tercer gol de España, a los 33’, fue a caso lo más vistoso en todo el partido: se gestó con un buen pase en profundidad para Torres, quien dejó en el camino al arquero de forma notable, con un sutil toque, y luego definió con total libertad.
El jugadón: Uno así tenía que haber
A los 31’, España concretó el 2-0 parcial mediante una buena faena: David Villa encaró de gran forma, sacándose a los rivales, para luego conectar un pase de lujo que concluyó en la anotación de la ‘Furia Roja’ por parte de David Silva.
El cambiazo: Navas más
El ingreso de Navas por Ramos, en el arranque del complemento, le cambió la cara a una España que lucía totalmente desganada a pesar de la contundente goleada. Por ello, con la presencia del actual jugador del Manchester City en el segundo tiempo, la máquina lució letal y aumentó la marcha. De todos modos, con Navas o sin él, era goleada fija y ya consumada.
El blooper: Qué roche
El arquero de Tahití, Mikael Roche, hizo honor a su apellido en el séptimo gol de España, obra de David Villa a los 64’: se le escurrió el balón al intentar salir a cortar. Luego Torres y sus compañeros lo alentaron, mientras que Villa decidió no celebrar ante la desgracia ajena.
La cancha: Ruidos anormales
El estadio Maracaná, para variar, lució repleto y, con ello, Tahití tuvo que salir a enfrentar otro factor al que no está acostumbrado. No obstante, los espectadores celebraron cada jugada de Tahití con tal de darle la contra al conjunto español y pifiarlo. Y es que es obvio de que se trató del rival a vencer si Brasil quiere que la Copa se quede en casa.
Kazuki Ito: Se quiso apiadar
El árbitro argelino Djamel Haimoudi, junto a su cuarteta, no pasó por mayores sobresaltos. Eso sí, lo que sí se vio fueron un par de faltas mal sancionadas a favor de Tahití, ya que nunca existieron. Parecía, sin duda, que el hombre de negro intentaba ser más piadoso con los orientales de lo que España fue.
Fotos: AFP, EFE
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