Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comEl español Félix Sánchez hizo historia y llevó a la selección de Catar a tocar la gloria: el cuadro marrón alzó la primera Copa Asiática de su historia tras concretar una participación con números excepcionales. Esto genera expectativas de cara a su participación en la próxima Copa América y, especialmente, a su condición de anfitrión mundialista en 2022.
Kenny Nagahama | @Kenny_Nagahama
Redactor

Tras su participación en Rusia 2018, los candidatos fijos para hacerse del principal torneo de selecciones de la AFC eran Irán y Japón, con un ligero favoritismo para los persas. Como siempre, Corea del Sur también es de los equipos más fuertes, al margen de que no campeona desde 1960. De Arabia Saudita y Australia -vigente campeón- se esperaba también que lograran marcar diferencia, pero pocos tenían a Catar siquiera como fijo entre los clasificados a cuartos de final.

Contados eran quienes suponían que el futuro anfitrión de la Copa del Mundo 2022 se tumbaría a todos los platos fuertes que se toparían en su camino, y menos que lograría mantener su valla prácticamente invicta, o que contaría tanto con el goleador como con el mejor asistidor del torneo. Solo Xavi Hernández lo daba como campeón continental. Y así fue: el equipo catarí se consagró en la primera edición de la Copa Asiática con 24 participantes, la cual tuvo en su mayoría duelos parejos y algunos entretenidos, a pesar del bajo nivel de algunas selecciones.

El campeón: Catar

Catar hizo cero puntos en la Copa Asiática 2015. Cuatro años más tarde, aunque dejó dudas en debut ante El Líbano -a pesar de vencer 2-0-, los dirigidos por Félix Sánchez no se detuvieron tras destrozar a Corea del Norte (0-6) y llegaron hasta la final tras dejar atrás a rivales fuertes como Arabia Saudita y Corea del Sur. El 'Marrón' goleó al anfitrión Emiratos Árabes Unidos en la semifinal (4-0), y sorprendió tras superar a Japón por 1-3 en la final. Catar ganó los siete partidos que disputó, anotó 19 goles, y tan solo recibió uno -el descuento de Japón en la final-.

Qatar y un recibimiento lleno de gloria en su país. (Foto: IANS) 

Tuvo al goleador Almoez Ali, quien anotó 9 goles, incluido un póker ante los norcoreanos. Destacaron jugadores como el propio Ali, Akram Affif (también rompió el récord de asistencias, con 10), el lateral izquierdo Abdelkarim Hassan, el mediocentro Abulaziz Hatem, el central Bassam Al-Rawi, el ‘10’ Hassan Al-Haydos, etc. En general, una selección de rendimientos muy parejos.

La revelación: Vietnam

Si bien el propio título de Catar es una sorpresa, sería injusto no reconocer lo hecho por Vietnam. La selección liderada por su ‘10’, el hábil Nguyễn Công Phượng –y mejor jugador con diferencia- participaba por segunda vez en el certamen, tras haber sido coanfitrión junto a Indonesia, Malasia y Tailandia en 2007. Avanzó como mejor tercero en un grupo complicado junto a Iraq e Irán, equipos mucho más fuertes que no la tuvieron fácil -especialmente Iraq, que solo lograría remontarle el juego por un tiro libre del lateral del Atalanta, Ali Adnan-. En octavos, superó por penales a Jordania, que había derrotado al vigente campeón y avanzado como primero del Grupo B. Japón dejó fuera a los vietnamitas, pero tan solo pudo hacerles un gol.

La decepción: Australia

Los socceroos, como vigentes campeones del torneo y mundialistas en Rusia -donde no avanzaron, pero lograron competir y dejar buenas impresiones-, tenían uno de los equipos de los cuales se esperaba más. Sin embargo, a pesar de llegar hasta cuartos de final, no convencieron en cuanto a su rendimiento desde la fase de grupos. Además de caer en su debut ante Jordania, afrontaron inconvenientes para concretar us situaciones de gol -por ello fueron a penales contra Uzbekistán- y poca solidez defensiva -evidenciada ante Emiratos Árabes e ilustrada en el error de Milos Degenek en el 1-0-. A pesar de la grata aparición del Awer Mabil, delantero nacionalizado nacido en Kenia, Australia sintió las ausencias de jugadores como Tim Cahill y Mile Jedinak, y hasta incluso de un relevo como Daniel Arzani.

El goleador: Almoez Ali (Catar)

 

El joven atacante del Al-Duhail catarí anotó 9 goles en 7 partidos, y superó así el récord del histórico de goles anotados en una sola edición del torneo del iraní Ali Daei. Almoez Ali mostró ser un delantero con juego fuera del área; esos que pueden partir desde tres cuartos de cancha y llegar, además de ser muy efectivo frente al arco. Maneja los dos perfiles, y marcó varios goles pintorescos. Le anotó uno a Líbano, cuatro a Corea del Norte, dos a Arabia Saudita -incluso le anularon uno más-, dos a Emiratos Árabes, y uno a Japón -el mejor de los nueve-. Vale la pena revisar sus videos.

La promesa cumplida: Ritsu Doan (Japón)

El joven volante de 20 años juega en el Groningen de Holanda y no hizo extrañar tanto al gran Keisuke Honda, jugando también a perfil cambiado por la banda derecha. Se mostró como un jugador de muy buena técnica y encarador, además de evidenciar en su gol ante Turkmenistán que también cuenta con un buen remate. Generó mucho peligro para su equipo, y participó en jugadas clave, tal como el único gol con el que Japón eliminó a Vietnam en cuartos.

Las cifras

Cantidad de goles: 130 (2.55 por partido)

Mayor cantidad de goles anotados en un partido y mayor goleada: Corea del Norte 0-6 Catar (Grupo E)

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Fotos: IANS, AFP


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