El Pacífico cerca del Atlántico

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Roberto Castro | @rcastrolizarbe Director General |
Perú y Chile están unidos por la Copa América. Su primer enfrentamiento, en 1935, se produjo en el marco de la competición; y desde aquel triunfo blanquirrojo por 1-0 con gol de Alberto Montellanos, se han visto las caras en total veinte veces por el certamen continental, con cifras favorables para la 'Roja' (ocho triunfos, por seis peruanos y otros tantos empates).
No obstante, Perú tiene algo que Chile nunca ha podido exhibir en la historia de la Copa América ante la blanquirroja: una goleada a favor. Que es, además, la única de las cinco victorias por tres o más goles de diferencia -aquella que configura una goleada en términos estadísticos- que obtuvo la selección peruana en un encuentro oficial en la historia del Clásico del Pacífico.
Esa goleada se produjo el 30 de abril de 1949 en el Paulo Machado de Carvalho, el estadio más tradicional de la ciudad de Sao Paulo, conocido por el planeta fútbol como el 'Pacaembú'. Allí, la blanquirroja, dirigida por Arturo Fernández, pasó por encima a la 'Roja' con un 3-0 claro que consiguió apenas seis días luego de haber recibido la que hasta ese momento era la más dura derrota de su historia: un doloroso 7-1 a manos del anfitrión Brasil. Las postales siguientes permitirán relatar cómo aquella selección consiguió no solo recuperarse sino cobrar protagonismo en un torneo en el que, como esta vez, el dueño de casa fue el principal favorito y Perú -como se espera ocurra esta vez- consiguió pararse en el podio.
Más que tres motivos
Miguel Flores despeja el balón ante el acecho en salida del peruano Dagoberto Lavalle. El 'Pacaembú' y su arquitectura tradicional acompañaron, con escaso público en las tribunas, la soleada tarde que midió a peruanos y chilenos. La blanquirroja tuvo a Walter Ormeño en el arco; Félix Fuentes y Andrés da Silva en defensa; Germán Colunga, Alejandro González (luego reemplazado por Lavalle) y Cornelio Heredia en el mediocampo; Félix Castillo, Carlos Gómez Sánchez, Roberto 'Tito' Drago, Alfredo Mosquera y Víctor 'Trito' Pedraza en el ataque. Chile lo hizo con Sergio Livingstone en la portería; Miguel Flores y Juan Negri (reemplazado por Francisco Hormazábal) en la defensa; Manuel Machuca Berríos, Gilberto Muñoz y Ulises Ramos en la volante; Carlos Rojas, Atilio Cremaschi, Fernando Riera (sustituido por Castro), Ignacio Prieto y Hugo López en el ataque.
Alfredo Mosquera celebra el primer gol peruano ante la estupefacción de Machuca Berríos. Perú salió decidido a pegar en la primera media hora de juego, con bastante presión sobre una defensa chilena endeble. A los 28 se rompió el cántaro: un contragolpe iniciado por el propio Walter Ormeño con un balonazo largo derivó en una corrida de Félix Castillo por derecha. 'Aretino' mandó un disparo a modo de centro que podía haber sido cortado por Livingstone, pero Ramos se anticipó a su propio portero y acabó desviando el balón hacia su arco.
Félix Castillo es felicitado por el desborde que terminó en el primer tanto peruano, ante la desazón de Livingstone. Chile, a decir de las crónicas de la época, lució algo estático en el fondo y con poca salida. Todo lo opuesto a un Perú veloz, que tenía su principal fortaleza en las alas: tanto Castillo como Gómez Sánchez se combinaban por derecha como lo hacían Alfredo Mosquera y Pedraza por izquierda.
Ormeño se anticipa a la carga de Cremaschi, ante la mirada de Colunga. Chile, de hecho, mostró mejoría respecto de anteriores presentaciones en el certamen. Según la revista Estadio, solamente se mostró impreciso en ataque Fernando Riera -quien luego se convertiría en el entrenador más prestigioso de la historia del balompié mapochino-. Igual, las acciones de riesgo sobre el arco peruano fueron escasas al lado de las muchas con que contó un Perú incisivo y que "siempre supo qué hacer", como escribió el recordado Antonino Vera.
Un pase de Rojas se pierde ante el cruce de Fuentes y la mirada de Alejandro González. Era 'Patrullero', precisamente, el diseñador del cerebral juego peruano en el medio para a partir de su buen pase triangular con los interiores Gómez Sánchez y Mosquera. Este libreto permitió que un balón le llegara limpio a los 60' a Félix Castillo, esta vez para que 'Aretino' emprendiera una corrida cual potrillo hacia el pórtico de Livingstone y a la carrera, ganándole en pique a Negri, pusiera el segundo tanto blanquirrojo.
Espectacular volada de Livingstone ante un cabezazo de Gómez Sánchez en el área chica. Lo que vino en la media hora final fue una vorágine peruana sobre el arco chileno, en el que el 'Sapo' Livingstone sacó estafeta de gigante. "Hermano, déjame hacer un golcito, me lo tapas todo", le dijo el 'Tábano' Gómez Sánchez en referencia al testarazo que acompaña estas líneas. Igual, los peruanos hacían su parte, pues más allá de un violento remate de Alfredo Mosquera -el padre de Roberto- a los 73', no encontraron otra ruta para aumentar la cuenta. "El día en que los peruanos se decidan a mirar el fútbol como un juego en el que lo primordial es el gol, va a costar mucho ganarles", sentenció el DT de Brasil, Heleno de Freitas, en una frase que bien podría seguir retumbando en oídos blanquirrojos setenta años después.
Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Fotos: Estadio de Chile, Sport Ilustrado
