Minuto 49: Patiños al agua

QUITO, ECUADOR, 27 DE JUNIO DE 1993. Mediodía en el Olímpico Atahualpa. En las tribunas, la mayoría es peruana: una multitud blanca y roja ha cruzado la frontera hacia Ecuador desde las ciudades del norte para ver a la selección que dirige Vladimir Popovic clasificar a las semifinales de la Copa América. El aliciente es importante: el equipo ha logrado sortear el llamado "Grupo de la Muerte" en el que partía como el equipo más débil y ha quedado primero, luego de empatar con Brasil y Paraguay y de derrotar a Chile en un emotivo Clásico del Pacífico. Al frente está México, un rival que se ha clasificado casi por la ventana como mejor tercero. No es una perita en dulce, pero debería ganársele, y por eso en Lima, a miles de kilómetros de distancia, los olores a parrillada abundan en las casas que se agolpan frente a los televisores para acompañar el almuerzo con un triunfo peruano.
Sin embargo, la carne comienza a quemarse temprano. Primero García Aspe, luego Alves Zague, nuevamente García Aspe. Dagas profundas en el orgullo peruano que producen estupefacción y dolor que solo se apagan con el final del primer tiempo. Y en el arranque del segundo, a los 49 minutos, se aprestan a dar un golpe de gracia de modo innmisericorde. Un gol humillante por la forma en que se produce: el pase llega largo hacia el campo peruano, donde José Soto amaga despejar con todo pero le da con la rodilla de modo risible. La pelota sale desviada hacia cerca de la medialuna del área peruana, donde Hugo Sánchez recibe y amasa la pelota. El astro mexicano enfrenta a César Charún y en vez de eludirlo, amaga hacia la derecha y saca un pase lateral para el ingreso raudo de Zague; el larguirucho delantero, con sagacidad, envía un taconazo recto para la entrada de David Patiño, quien con violencia cruza el balón por debajo de Juan Reynoso y del golero Miguel Miranda, quienes quedan pagando a modo de fusilamiento. Golazo, humillación y 4-0.
Luego Del Solar y Reynoso amenguaron la derrota para que quedara en un 4-2 más generoso. Pero igual para Perú no fue consuelo: la derrota enturbió lo que se había encendido como una luz de esperanza y desde entonces en adelante, el proceso de Vladimir Popovic devino en sucesos calamitosos acicateados por el siempre destructivo rol de cierto sector de prensa. Y para México, en cambio, todo fue en ascenso en adelante: los aztecas llegaron a la final de la Copa América y, desde entonces, jamás volvieron a ausentarse de una Copa del Mundo. Sobre la base de aquel equipo que dirigía Miguel Mejía Barón, aunque algunos de ese plantel no llegaron a estar en Estados Unidos 1994, como David Patiño, un delantero de esos rápidos y fuertes que a despecho de esa ausencia posterior vistió 28 veces la camiseta tricolor y anotó 4 tantos hasta su retiro en 1999.
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Otro gol de Copa América al minuto 49: Romario (Brasil) a Uruguay en 1989
