En 1947, el legendario Alfredo di Stéfano vistió por única vez la camiseta de la selección argentina. Fue en el Sudamericano de Guayaquil, y para la posteridad quedó su gran actuación ante Colombia, a la que le marcó un hat trick para contribuir a un 6-0 contundente que encaminó a la albiceleste a un inolvidable tricampeonato continental.
Auspicio Hyosung Perú

 

GUAYAQUIL, ECUADOR, 18 DE DICIEMBRE DE 1947. Arrolladora y contundente, Argentina tiene una nueva jornada de entretenimiento colectivo en el estadio George Capwell. Para sí misma y en función de los 12 mil espectadores que contemplan cómo, luego de haber ganado tres partidos y empatado uno en el torneo, la albiceleste -que antes del torneo tenía tantos jugadores disponibles que se recurrió a una suerte de consulta popular para confeccionar el equipo- arrolla a la modesta Colombia, que en este Sudamericano emplea una curiosa camiseta a rayas verticales. Temprano, Mario Fernández ha puesto arriba al equipo que dirige Guillermo Stábile, pero el show está aún por empezar.
Alfredo di Stéfano -al centro- comandó una gran línea de ataque argentina que junto a Mario Boyé, Norberto Méndez, José Manuel Moreno y Félix Loustau, vapuleó a Colombia (Recorte: revista Estadio de Chile)
Al minuto 30, un delantero que apenas alterna en medio de tantas figuras comienza a ratificar sus buenas actuaciones de partidos anteriores. Pertenece a River Plate y tiene 21 años: y a esa edad, está cumpliendo el sueño que le ha confesado a la prensa tuvo toda su vida, que era vestir la camiseta de la selección argentina. Se llama Alfredo di Stéfano, y ha quedado a tiro de gol de un portero que él dice admirar por lo bien que anda en el torneo: el 'Caimán' Efraín Sánchez. No le tiene misericordia y, a la carrera, lo bate para sellar el 2-0 albiceleste.

Posteriormente, Di Stéfano anotaría dos goles más y, junto a Loustau y a un tiro libre de Boyé, sellaría un 6-0 estrepitoso sobre una Colombia entusiasta y poco más. Preludio del triunfo sobre Uruguay que sellaría el tercer título sudamericano consecutivo de una generación brillante, basada en la famosa 'Máquina' de River Plate. Dos años luego, ese muchacho rubio que tanto había hecho sufrir a los colombianos sería seducido por 'El Dorado' del país cafetero y luego de allí pegaría el salto a España para convertirse en mito. Detrás dejó su único título a nivel de selecciones: el de aquel Sudamericano de Guayaquil con una camiseta que en ese torneo vistió en 6 oportunidades para convertir 6 tantos y quedar en la historia con un sensacional promedio de un gol por partido, elevado por aquella tarde en que más bien supo hacer tres.

Recorte: revista Estadio de Chile


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