Composición fotográfica: Kenny Romero / DeChalaca.comEn el génesis del fútbol, existió el omnipotente Uruguay que rindió su superioridad en torneos oficiales recién en el Sudamericano de 1921. Fue derrotado por Paraguay por 2-1; el primer gol lo hizo Gerardo Rivas al minuto 9.

 

Los Sudamericanos de football empezaron a disputarse en 1916 con las cuatro selecciones afiliadas a la Conmebol: Argentina, Brasil, Chile y Uruguay. En tres de las primeras cuatro ediciones, los charrúas fueron los que se quedaron con el título de campeones. Jugaron 12 partidos en dicho póker de torneos que se dieron lugar en cada uno de los países participantes. En nueve de esos choques, la celeste se hizo del triunfo; empató las tres restantes, ante Argentina y Brasil cuando fueron locales y otra vez ante Argentina en el campeonato que se jugó en Chile. No ganó el Sudamericano de Brasil porque igualó en el puntaje con el anfitrión y tuvo que jugarse un partido extra. Ese lo ganó Brasil por 1-0, pero con la particularidad que solo tuvo 60 minutos por lo que no se considera oficial.

El quinto torneo Sudamericano se jugó en Argentina, en 1921, para reiniciar la serie de localías. La novedad fue la no participación chilena y la inclusión de Paraguay, nación que ese mismo año se había afiliado a la FIFA y adoptó la camiseta de bastones blancos y rojos que la caracterizan hasta ahora. Los paraguayos, que llegaron en barco, eran dirigidos por el argentino José Durand Laguna quien sufrió las burlas de sus compatriotas por la inexperiencia de sus jugadores. Sin embargo, estos, pronto harían cambiar la idea que el público tenía de ellos.

Minuto 19

Estadio del Sportivo Barracas, testigo de la epopeya conseguida por la modesta selección paraguaya en el Sudamericano de 1921 ante el poderoso Uruguay (Foto: fat-buddha.net)Uruguay seguía siendo el favorito de todos y solo el local podría hacerle la pelea en la carrera por alcanzar el título sudamericano. Con ese historial, no podía sino compararse con una suerte de Aquiles del fútbol, un Sansón de las canchas o un Golliat de la pelota. Sin embargo, cualquier gigante siempre tiene un talón, que el oponente descubre, o una Dalila, que acaba por traicionarlo. Uruguay encontró, más bien, un David pequeñito en apariencia pero enorme de corazón.

Y la imagen de este ‘chato’ que acaba con el grandazo, la representó Gerardo Rivas. Es que él tenía apenas 16 años cuando llegó al estadio del Sportivo Barracas para enfrentar a los uruguayos. Sin embargo, ya entonces era considerado el mejor jugador de su selección. Tan chiquito era que cuenta una leyenda que al llegar a la cancha un policía le prohibió el ingreso con un grito despectivo. “Salí de acá, pibe” le dijo al "niño sin entrada” que recién pudo ingresar al recinto deportivo cuando sus compañeros le dijeron quién era él al testarudo uniformado. No se demoró más que nueve minutos en demostrar su clase, al anotar el primer gol del partido que sería la primera derrota oficial de Uruguay. Además se dice que fue un golazo; aunque no se cuenta con la descripción del mismo, se sabe que muchos de los 30 mil asisitentes se metieron al campo a levantar en brazos al autor de la conquista y el orden recién se restableció 15 minutos después.

De ese ‘Pibe’ Rivas puede afirmarse que es quien inició la fama de ‘Bestia Negra’ que tienen los guaraníes frente a los charrúas. Lamentablemente para sus intereses y los de Paraguay, no pudo hacer mucho más en el torneo; de hecho, cayó por 3-0 frente a Argentina y Brasil pero alcanzó para dejar al temible Uruguay relegado por primera vez al tercer lugar de la competición. Nadie sabe para quien trabaja, la hazaña paraguaya benefició a los albicelestes que pudieron ganar por primera vez el Sudamericano.

Composición fotográfica: Kenny Romero / DeChalaca.com

Foto: fat-buddha.net

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