Recorte: revista La Copa y Los Mejores Gabriel Omar Batistuta había pasado casi desapercibido durante la Copa América de 1993. Sin embargo, en la final ante México, demostró por qué es uno de los artilleros argentinos más recordados al decidir con sus goles el título de esa edición.

 

Luego de más de tres décadas, Ecuador volvía a recibir la máxima justa de selecciones en Sudamérica. Pero sin duda, el ingrediente especial de la Copa América de 1993 fue la inclusión de México y Estados Unidos, selecciones de la Concacaf que por primera vez eran invitadas a este certamen. La inclusión de ellas posibilitó que el formato cambiara y se opte por sembrar a los 12 participantes en tres grupos de cuatro equipos cada uno.

Esta trigésima sexta edición fue propicia para que Argentina revalidara su condición de campeón vigente, logro conseguido dos años antes en Chile. Los albicelestes, con una base importante cimentada en nombres como Sergio Goycochea, Oscar Ruggeri, Diego Simeone, Fernando Redondo, Alberto Acosta y Gabriel Batistuta se quedaron con el título al vencer en la final a México.

La selección argentina tuvo, sin embargo, un discreto inicio. En el primer encuentro, venció con lo justo a Bolivia. Luego igualó con México 1-1 para obtener el mismo resultado ante Colombia, con lo cual, sellaba su clasificación como segundo, detrás del elenco cafetero. En cuartos y semifinal, los rioplatenses repitieron la fórmula del Mundial de Italia 1990: con sendas definiciones en tanda de penales, se instalaron en la final tras dejar en el camino a Brasil y Colombia, respectivamente.

Por su parte, México -que de invitado no tuvo nada- fue creciendo de a pocos en el certamen al punto de convertirse en protagonista de excepción. Tras caer en el debut ante Colombia, empates ante Argentina y Bolivia lo depositaron en segunda fase como uno de los mejores terceros. En la segunda fase recién pudo verse el poderío mexicano cuando se deshicieron de un Perú que había sorprendido al avanzar como líder del Grupo B. En semifinales, los aztecas hicieron su mejor presentación al dejar en el camino al anfitrión, Ecuador. En el 'Tri' destacaban el pintoresco Jorge Campos, Claudio Suárez, Luis García, Benjamín Galindo, Alberto García Aspe y el mítico y veterano Hugo Sánchez.

Así llegaban ambos a la final, partido que sirve para este recuerdo en el que el gran goleador, Gabriel Omar Batistuta terminó siendo la figura estelar gracias a los dos goles que marcó. De estos, toca evocar el segundo tanto, el que sellaría el título argentino.

Minuto 74

 

El 4 de julio de 1993 en Guayaquil, bajo el arbitraje del brasileño Marcio Rezende, se disputaba la final en el Monumental Isidro Romero Carbo del club Barcelona. Por un lado, los argentinos -dirigidos por Alfio Basile- quienes no habían convencido en su juego pero que tenían individualidades suficientes como para decidir un encuentro. En frente estaba México: los dirigidos por Miguel Mejía Barón ya habían hecho bastante al superar la expectativa de su propia afición, que al inicio no esperaba una actuación como esta.

El partido tuvo un inicio cauto. Ninguno de los dos quiso arriesgar salvo esporádicas jugadas de peligro en los arcos de Campos y Goicochea. Por ello, la primera parte casi fue una anécdota en la que los argentinos dejaban una sensación de querer definir nuevamente su suerte en penales. Pero esa presunción cambió de pronto en el segundo tiempo. Luis Alves 'Zague' intentaba asustar al inicio del complemento, pero luego respondía Diego Simeone con una incursión individual que no culminó por quedarse sin ángulo. Pero el desnivel lo pondrían los argentinos por medio de Batistuta quien, a pura potencia, le ganó una dividida a Ramón Ramírez y abría la cuenta a los 62'. Sin embargo, México respondió pronto: 4 minutos más tarde, un perfecto pase de Benjamín Galindo llegó a los pies de 'Zague', quien fue trabado por Goicochea. Segundos después, el propio Galindo convirtió el empate.

México se animó a buscar más. Pero Argentina, con la experiencia de sus individualidades, volvió a retomar el control. Así llegó el minuto 74. Simeone tomó un balón en el medio y avanzó de manera veloz abriendo la cancha por el lateral derecho. Con lo justo llegó Claudio Suárez a cortar el avance, echándola al saque de costado. El 'Cholo' se avivó y sin perder tiempo cobró la falta sorprendiendo a la defensa que no cubrió a Batistuta. El delantero argentino, quien por entonces militaba en la Fiorentina, se sacó la marca de Raúl Gutiérrez, que llegaba tarde a la cobertura, con un sutil enganche de derecha. De inmediato, cerca del punto penal, sacó el remate cruzado de izquierda, que sorprendió a Campos. Aquel tanto sería suficiente para darle un nuevo título a Argentina. Por otra parte, nunca más cierto que el goleador aparece cuando se lo necesita. En todo el torneo, 'Batigol' había hecho un solo tanto y no había convencido del todo su accionar; pero en la final, acalló cualquier comentario adverso, y demostró con sus dos tantos toda su jerarquía.

Recorte: revista La Copa y Los Mejores

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