Minuto 69: Capitán América

La decimosegunda edición de la Copa América (llamada Campeonato Sudamericano) estuvo marcada por una particularidad: si bien su realización estaba pactada para 1928, su inicio tuvo que postergarse un año debido a la participación de Argentina, Uruguay y Chile en los Juegos Olímpicos de Ámsterdam. En dicho certamen, los charrúas lograrían retener la presea dorada, lo cual dos años más tarde los haría merecedores de albergar la primera Copa Mundial de Fútbol.
En medio de la algarabía por el título del equipo celeste, y tras la vuelta de los dignos representantes del fútbol sudamericano, en 1929 se llevó a cabo una nueva edición del Sudamericano, la cual tuvo como participantes a cuatro selecciones: Uruguay, el anfitrión Argentina, Paraguay y Perú.
Si bien todos los medios de aquel entonces mantenían una posición reservada con respecto al favorito del certamen, dado el buen nivel que habían exhibido los charrúas en la última Olimpiada, el buen equipo que presentaba Paraguay y a la supremacía que ejercía el seleccionado argentino, todos coincidían en que se avizoraba uno de los campeonatos más reñidos.
En la jornada inicial, los comentarios previos sí que cumplirían. Dejando de lado la victoria de Argentina sobre Perú por 3-0, en el otro partido del certamen, Paraguay dejaría en claro que no había llegado al torneo para ser un mero comparsa. Teniendo a Aurelio González como máxima figura, los guaraníes se impondrían contundentemente por 3-0 ante el flamante campeón olímpico. No obstante, en la siguiente jornada, el elenco albirrojo no podría mantener la senda del triunfo y caería estrepitosamente ante Argentina por 4-1. Con dos puntos e igualados en la tabla de posiciones con Uruguay, que en el otro partido se había impuesto por idéntico marcador a Perú, los paraguayos todavía albergaban la posibilidad de conseguir el título dado en que la última fecha se enfrentarían a una eliminada selección peruana, mientras que uruguayos y argentinos se verían las caras en un encuentro de descarte.
Minuto 69
Aferrado a la ilusión de conseguir su primer título en la Copa América, Paraguay salió con todo para ganarle a Perú, lo cual se demostró con los constantes ataques que recibió el pórtico de Jorge Pardón. Justamente, a raíz de este ritmo avasallador que propusieron los albirrojos, fue que llegaría la primera conquista del cotejo por intermedio de Lino Nessi a los 10'. No obstante, a pesar de la conquista, Paraguay no conseguiría en los 35 minutos restantes del primer tiempo aumentar el marcador.
Para la etapa complementaria, la tónica del partido no difirió de lo mostrado en el inicio del cotejo, y Paraguay volvió a vulnerar el arco peruano en los primeros minutos. El goleador guaraní Aurelio González se haría presente en el marcador a los 55'. Tras el tanto, González no se contentaría y lograría anotar dos goles más, a los 63' y 69', con lo que consiguió el segundo hat-trick del certamen -el uruguayo Lorenzo Fernández había logrado anotarle tres goles a Perú en la segunda fecha-. Finalmente, y para cerrar la goleada, Diógenes Domínguez anotaría a falta de ocho minutos para el final el quinto tanto del cotejo.
Cabe señalar que, tras este marcador, en la ciudad de Lima los aficionados que escuchaban el partido en los diferentes bares y locales del centro de Lima se convirtieron en una turba enardecida y fueron a romper los vidrios del local de la Federación Peruana de Fútbol ubicado en la cuadra 10 de la calle Belén. Razones no les faltaban para tomar tal actitud, y es que la derrota ante Paraguay había condenado a Perú a ocupar el último lugar del certamen con cero puntos y una diferencia de -11 tantos.
Volviendo al plano futbolístico, pese a la abultada goleada ante los peruanos, Paraguay no lograría alzarse con la copa debido a la victoria de Argentina 2-0 ante Uruguay. Sin embargo, el balance final no sería nada despreciable para los guaraníes, y es que tuvieron la satisfacción de contar con el goleador del certamen: Aurelio González, con cinco goles.
El gran capitán y goleador paraguayo, al culminar su carrera como futbolista se dedicó a la dirección técnica, donde sobresalió clasificando a la selección paraguaya al Mundial de Suecia de 1958. También condujo al Olimpia a ganar varios campeonatos de la Liga Paraguaya y a llegar a la final de la primera edición de la Copa Libertadores en 1960.
Composición fotográfica: Kenny Romero / DeChalaca.com
