Composición fotográfica: Kenny Romero / DeChalaca.comLa Copa América de 1989 tuvo un desagradable arranque para la selección peruana, que comenzó a vislumbrar lo mal que le iría de la mano de José Macía 'Pepe'. En el partido inaugural, tras media hora de ilusión, el paraguayo Adolfino Cañete inició la tortura.

 

La Copa América de 1989 se disputó en tierras brasileñas y, coincidentemente, la selección acababa de hacerse con los servicios de un técnico de esa nacionalidad. José Macía 'Pepe' no era cualquiera: como jugador había sido socio puntal de Pelé en el mítico Santos de finales de los cincuenta e inicios de los sesenta. Y como técnico, por entonces, tenía detrás el legado de Didí y Tim como credencial para creerse que llegar a un Mundial como el de Italia 1990 era posible.

Lo concreto es que dicho entrenador no logró buenos resultados ni en Brasil ni en ningún lado. El ciclo de Pepe fue, acaso, uno de los más desagradables de la historia de la blanquirroja, y el que de cierto modo marcó el principio de una serie de frustraciones que se prolongan hasta estos días cuando de hablar de Perú y los mundiales se trata. El primer partido oficial de aquel proceso, frente a Paraguay, fue un claro precedente de lo que terminaría siendo el proceso bajo su batuta.

Minuto 38

Gustavo Neffa y José 'Chemo' del Solar luchan el balón por alto durante el Paraguay 5 - Perú 2 de la Copa América 1989. (Recorte: revista Todo Fútbol)Perú compartía el Grupo A con Brasil, Paraguay, Venezuela y Colombia, en el que los dos primeros clasificarían a la etapa final para enfrentarse con los dos punteros del Grupo B. El partido frente a los guaraníes, el sábado 1 de julio, constituyó el primero del campeonato, aunque tan solo frente a cinco mil espectadores, pues toda la atención estaba puesta en lo que sería el debut del anfitrión horas después en el propio Fonte Nova de Salvador frente a Venezuela.

El planteamiento de Pepe pasó por lateralizar el juego. Los volantes de marca, Wilmar Valencia y Juan Reynoso, se tiraban a los costados y descuidaban el centro del campo. Claro que eso a Perú le daba cierto aire para crear: Francesco Manassero y Julio César Uribe, los volantes creativos, encontraban balones y armaban juego. Así, la primera media hora fue blanquirroja y premio a eso llegó el gol que ilusionó a todos quienes por estas tierras veían el partido vía Global TV: Jorge 'Koki' Hirano puso el primero y se vivía uno de esos comienzos mágicos que la camiseta peruana experimmenta de cuando en vez.

Pero la alegría, para variar, no duraría mucho tiempo. La zaga central, en la que aparecían Jorge Arteaga y José del Solar, también estaba desordenada y sufría cuando Paraguay, a partir del buen juego de Gustavo Neffa, se echaba a jugar. Había demasiados espacios libres y en el banco guaraní había un viejo zorro: Eduardo Luján Manera. Así, un error de 'Chemo' estuvo a punto de ser capitalizado por Adolfino Cañete, quien instantes más tarde no perdonó: a los 38', puso el tanto de empate en una jugada a pura garra y mejor definición ante la que César Chávez Riva nada pudo hacer.

Cañete supo defender con éxito a varios de equipos de su país -sobre todo al Sol de América-, así como cuadros de Argentina, Chile y México. Además, era uno de esos jugadores que se transformaba cuando vestía las sedas de su país, el cual era uno de sus sellos distintivos en su época como futbolista. Pero con la albirroja, el 'Fino' solo anotó tres goles, dos de ellos a Perú en aquel arranque de la Copa América de 1989. Porque fue él también el encargado de rubricar la goleada 5-2 que acabó dándole el peor de los inicios al ciclo de Pepe, que desde entonces estaba signado a escribir una página oscura en la historia del fútbol peruano.

Composición fotográfica: Kenny Romero / DeChalaca.com

Recorte: revista Todo Fútbol

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