Composición fotográfica: Kenny Romero / DeChalaca.comEl año 1939 es recordado por muchos no solo desde lo deportivo, sino también por sucesos que quedaron grabados en la historia. Días después del terremoto que sacudió Chillán, Roberto Luco se hizo presente a los 3' para darle esperanzas a Chile en el Sudamericano.

 

El Sudamericano de 1939  tuvo por tercera vez a Perú como sede. Asistieron cinco seleccionados, debido a la no participación de Brasil, Argentina y Bolivia, y a la incorporación de Ecuador -en las ediciones posteriores se acoplaron Colombia y Venezuela-. Esta situación, en definitiva, puso a dos elencos dentro de los cinco como los amplios favoritos, los cuales, evidentemente, iban a definir al monarca del certamen: Perú y Uruguay.

Otro detalle para rescatar de esta edición fue que no se jugó más año a año, por obvias razones como la mayor participación y competencia entre clubes. Pese a ello, el Sudamericano comenzó a ser de un interés mayor, puesto que no habían más eventos deportivos entre naciones a causa de la Segunda Guerra Mundial. El 15 de enero, en la jornada inaugural, Paraguay superó por 5-1 a Chile, que abrió el marcador a través de Enrique Sorrel; sin embargo, Tiberio Godoy, Marcial Barrios -ambos en dos ocasiones- y Ricardo Aquino dieron vuelta al score y consolidaron la goleada. Posteriormente, Perú apabulló al novel Ecuador por 5-2 con tres tantos de Teodoro 'Lolo' Fernández y dos de Jorge 'Campolo' Alcalde.

En la segunda fecha, era el turno de Uruguay, que venció al nuevo inquilino por 6-0, partido en que el 'Gallego' Severino Varela, con su típica boina, hizo un hat-trick, aunque, si uno hablaba de goleadores, nuevamente había que mencionar a 'Lolo' Fernández, que con otro hat-trick en el torneo se hizo presente en el triunfo ante Chile por 3-1. En ese mismo año, una de las peores tragedias en su historia se apoderó de Chile. El martes 24 de enero, a las 23:32 hora local, la tierra asestó un zarpazo a las provincias de Maule, Linares, Ñuble y Concepción (aunque la tierra se movió entre Santiago y Temuco, y entre la costa y Mendoza), llevándose consigo 5648 vidas según el informe oficial, y más de 30 mil según estimaciones de la prensa.

El movimiento se inició con una sacudida brusca y violenta, que derribó la mayoría de los edificios, seguida de otras con menor magnitud, que destruyeron totalmente la mitad de las más de 3 mil viviendas existentes entonces en Chillán. Todas las comunicaciones se cortaron; asimismo, adobes, ladrillos y vigas aplastaron a miles de personas, algunas de las cuales fueron rescatadas en los días siguientes por voluntarios y marinos. El sismo fue catalogado como magnitud 7,8 en escala Richter e intensidad X en escala Mercalli. Pese a ello, el seleccionado chileno, demostrando un gran acto de deportividad, permaneció en el Perú para disputar el Sudamericano, donde, cinco días después del nefasto suceso, tenía como rival a Uruguay por la tercera jornada.

Minuto 3

La selección chilena, con orgullo propio y con la incertidumbre de saber si sus familiares se encontraban bien, tenía al frente a Uruguay, que en el papel era muy superior y que probablemente debía endosar varios goles sobre la portería de Augusto Lobos -que sería sustituido por Eduardo Simián en el partido-. Sin embargo, el batacazo lo dio Chile a solo 3' de iniciado, cuando Roberto Luco (recordado por ser el primer chileno en vestir las sedas de Boca Juniors entre 1934 y 1936) batió las redes de Horacio Granero. Uruguay reaccionó del tanto en contra y, a los 19', apareció el goleador Severino Varela, mientras que, a los 30', Adelaido Camaití volteó el marcador a favor de los charrúas. No obstante, Chile no se dejó avasallar y, a los 39', Roberto Luco nuevamente se hizo presente en el marcador, colocando el 2-2 con el que se fueron al descanso.

Un dato para resaltar fue que, mientras el encuentro se desarrollaba, por los autoparlantes del Nacional se anunciaba que los familiares de la delegación chilena se encontraba sana y salva, desatando la algarabía y la satisfacción, luego de la angustia que evidentemente se internó en los equipista sureños. En la segunda mitad, Uruguay plasmó su superioridad en el campo, aunque el tanto definitivo no llegaría hasta 73', por obra de Óscar Chirimini. El 3-2 no se movió, resultado que permitió al cuadro uruguayo, dirigido por Alberto Supicci, a mantenerse a la espera del partido ante Perú, que encumbraría al campeón. Aunque, dentro del encuentro, los más contentos fueron los mapochos, tras saber que sus seres queridos se encontraban ilesos. 

Composición Fotográfica: Kenny Romero / DeChalaca.com

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