Siempre hay una segunda oportunidad

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Jorge Frisancho | @wolfs_venom15 Redactor |
Tras el 5-0 propinado por Brasil en la fase de grupos, la selección peruana tuvo el mérito de poder recuperarse futbolística y mentalmente de ese catastrófico resultado. A través de la misma estrategia de juego que tanto éxito nos trajo en la última fase de las Eliminatorias para el mundial Rusia 2018, se logró clasificar a la final de la presente Copa América al eliminar, nada menos, que al máximo ganador histórico de este certamen Uruguay y al vigente campeón Chile. Esta reacción y camino ascendente no hace más que incrementar la confianza en un equipo que reconoce sus limitaciones pero que se fortalece al explotar al máximo sus virtudes.
Este Brasil-Perú que se llevará a cabo en el mítico Jornalista Mário Filho –conocido mundialmente como Maracaná- evoca a un duelo que se llevó a cabo hace 65 años y que tuvo una historia similar: en el mundial Suiza 1954 Alemania Federal y Hungría definieron al campeón tras haberse enfrentado previamente en la última fecha del grupo 2. En aquella oportunidad, la Hungría de Ferenc Puskás y Sandor Kocsis –que fue el goleador del torneo- tuvo un rendimiento más que espectacular en su grupo, pues goleó tanto a Corea del Sur (9-0) como a Alemania Federal (8-3) y, además, se dio el lujo de eliminar a dos de las potencias sudamericanas -Brasil y Uruguay, en cuartos de final y semifinales, respectivamente- antes de llegar a la final.
En la fase de grupos, Hungría no tuvo piedad de la Alemania Federal de Sepp Herberger y le propinó una goleada categórica de 8-3 -coincidentemente la misma diferencia de goles que en el caso de Brasil y Perú en la fase de grupos de la presente Copa América- con un póquer de Sandor Kocsis, un doblete de Nándor Hidegkuti y un gol de Ferenk Puskás y de József Tóth, mientras que el elenco teutón descontó a través de Alfred Pfaff, Helmut Rahn y Richard Herrmann. Aquella derrota, más que desmoralizar a Alemania Federal, sirvió como experiencia para poder avanzar en dicha Copa del Mundo, pues tuvo que jugar un desempate ante Turquía -al que goleó por 7-2-, y, posteriormente, venció a Yugoslavia por 2-0 en cuartos de final y a Austria por 6-1 en semifinales, antes de enfrentar nuevamente al elenco húngaro en la final.
Precisamente, hoy se cumplen 65 años de aquel cotejo que fue bautizado como el "Milagro de Berna", pues Alemania Federal debió remontar un 0-2 en contra desde los 8’ de iniciado el juego con los goles de Ferenc Puskás y de Zoltán Czibor para poder alzar su primera copa en un mundial de fútbol. Max Morlock descontó para los teutones a los 10’ y Helmut Rahn se vistió de héroe para emparejar el marcador a los 18’ y, luego, darle vuelta a los 84’, en lo que significó la segunda remontada épica en este certamen, tras el ya conocido ‘Maracanazo’ de Uruguay a Brasil cuatro años atrás.
Esta experiencia dejó como enseñanza que a pesar de haber sido goleado en la fase de grupos, Alemania Federal supo plantarse a Hungría y darle pelea en la final, en la cual salió airoso. Por ello, a partir de este hecho, Perú deberá olvidarse de aquel accidente futbolístico que significó el 5-0 en contra propinado por Brasil y enfocarse en esta nueva historia que puede terminar en un final feliz tras 44 años de haber disputado la última final en este certamen. Para poder lograr ello, Ricardo Gareca debería apelar al mismo esquema que le ha otorgado el pase a la final –el famoso 4-2-3-1- con una estrategia un poco más conservadora -aplicada contra Uruguay y, en menor medida, contra Chile- para poder hacer frente al súper favorito Brasil.
Es totalmente seguro que la lección dejada por aquella goleada en la fase de grupos fue más que asimilada y que no se repetirán los errores cometidos en dicho cotejo. Si bien el rendimiento de Brasil ha sido más que sólido hasta el momento, pues no ha recibido ningún gol y solo cedió dos empates, es un equipo al que se le puede hacer daño con bastante concentración y aprovechando las pocas oportunidades que se puedan presentar durante el cotejo. Perú debería jugar de una manera parecida a Venezuela o Paraguay, pero con un poco más de fuerza ofensiva, en la medida de lo posible.
Finalmente, que todas aquellas críticas que calificaban al equipo como mediocre o que "no merece nada" queden como simples anécdotas de personas que viven de la carroña y que se regocijan con las derrotas de la selección nacional para ensalzar sus confundidos egos. Ahora queda enfocarse en el máximo desafío de la era Gareca y que los jugadores nacionales traten de jugar el partido como si fuera –y creemos que lo es- el más importante de sus vidas. Ya a estas alturas, Ricardo Gareca debe ser el segundo entrenador más exitoso en la historia del fútbol peruano, detrás del recordado Marcos Calderón. Que este proceso representado en Yoshimar Yotún siga su camino y se mantenga por un buen tiempo más, a pesar de todas las trabas que ha encontrado en el camino.
Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Fotos: Getty Images, AFP
