Cupo de extranjeros en el fútbol peruano: La capacidad no tiene nacionalidad

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Jorge Frisancho | @wolfs_venom15 Redactor |
La Copa Sudamericana vuelve a ser un torneo muy ingrato para el fútbol peruano: los cuatro equipos nacionales –Deportivo Municipal, Sport Huancayo, UTC y Binacional- fueron eliminados sin atenuantes en la primera fase, en la cual entre todos ellos sumaron apenas dos unidades como local y perdieron los seis partidos restantes. Debido a ello, se puede reflexionar cuáles podrían ser las razones por las cuales los clubes peruanos obtienen resultados tan paupérrimos en los torneos continentales. Es importante precisar que, después de 2010, solo Universitario -Copa Sudamericana 2011-, Real Garcilaso -Copa Libertadores 2013- y la Universidad César Vallejo -Copa Sudamericana 2014- realizaron campañas aceptables al llegar a los cuartos de final de los torneos señalados.
Además de la geografía nacional -con diversos climas y ciudades con distintas altitudes-, la cual complica la logística de los clubes en cuanto a programación de viajes y adaptación a las diversas sedes del Descentralizado, existe otro factor que, por momentos, pasa desapercibido, pero que debería ser reconsiderado: el tope al número de extranjeros para cada equipo. Para 2019, las bases del torneo señalan que cada club puede inscribir hasta cinco extranjeros en su plantel, de los cuales hasta cuatro –hasta el año pasado solo podían ser como máximo tres- pueden estar en cancha de manera simultánea. Según las autoridades deportivas, lo que se busca con esta norma es que exista un filtro para que lleguen jugadores foráneos que “marquen la diferencia”, con lo cual, en teoría, los futbolistas peruanos tienen mayores oportunidades de jugar en la Primera División y pueden nutrir a los diversos seleccionados nacionales –para esto último, se instauró la bolsa de minutos-.
Sin embargo, la realidad muestra todo lo contrario: muchos futbolistas nacionales -no todos, claro está- caen en una zona de confort, pues saben que, dadas las reglas, es muy probable que encuentren equipo (en algunos casos, se limitan a rotar de club cada año) y eso provoca que carezcan de incentivos para exigirse. Con ello, los clubes locales pueden dominar en el torneo local, pero cuando compiten internacionalmente, todas sus limitaciones son desnudadas por equipos que no necesariamente son los más importantes en sus países, pero que poseen un nivel superior debido a la mayor competitividad de sus ligas. Precisamente, el Descentralizado es uno de los pocos torneos en Sudamérica - por no decir el único- que impone un límite al número de extranjeros por equipo, así como un mínimo de minutos de juego a los futbolistas menores de 23 años, lo cual muestra que este tipo de medidas no necesariamente son las más acertadas, por más buenas intenciones que se tengan.
Un ejemplo de lo anteriormente expuesto es lo sucedido en el cotejo de vuelta entra Binacional e Independiente, en donde el 'Rey de Copas' alineó hasta seis extranjeros -los uruguayos Martín Campaña y Gastón Silva, los chilenos Francisco Silva y Pablo Hernández, el ecuatoriano Fernando Gaibor y el paraguayo Cecilio Domínguez- y mostró un gran desempeño, a pesar de jugar en altura. Nadie dice que se debe apelar a una situación extremista como la de Sport Huancayo en 2009, pero sí se debe reflexionar sobre el hecho de ser tan restrictivos con el número de foráneos por equipo, pues dichos jugadores pueden elevar la competitividad interna del club, así como la del propio torneo dado que provocaría que los jugadores nacionales se esfuercen por demostrar que son mejores y no sientan que van a jugar sí o sí porque los equipos necesitan completar planteles con futbolistas peruanos. Lo que sí se puede hacer es colocar ciertos filtros para que no lleguen extranjeros en cantidad que no aporten necesariamente -tal como se hace en otras ligas-, pero no se debe prohibir que arriben foráneos que sí pueden sumar sólo porque se excede el tope establecido.
La lección ha sido muy dura -la eliminación temprana en la Copa Sudamericana y, muy probablemente, también en la Copa Libertadores-, pero el camino se puede enderezar a partir de 2020. La pelota queda en la cancha de los dirigentes encargados de establecer las bases del torneo, los cuales nos deben esperar que los clubes busquen sus propias soluciones tales como nacionalizar jugadores. Esta es una tarea en conjunto que puede beneficiar al fútbol peruano en general.
Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Foto: AFP
