Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comTras nueve años, tres equipos peruanos afrontarán la fase de grupos de la Copa Libertadores. Más allá de competir en el plano deportivo, hay un aspecto que no debe perderse de vista: el beneficio económico que representa quedar tercero en el grupo y acceder a la Copa Sudamericana.

    Alonso Cantuarias | @alonso_cantu
    Columnista editorial

La Copa Libertadores 2019 trae consigo una motivación extra para los equipos peruanos: los terceros de cada grupo accederán a la segunda fase de la Copa Sudamericana, lo cual no solo da la posibilidad se seguir disputando un torneo internacional sino que representa un ingreso de $375,000 a las arcas del club, que se sumaría al  $ 1'000,000 que ya recibirán por partido en la fase de grupos. Y esta cifra podría aumentar entre  $500.000 a  $1'050,000 de seguir avanzando, ya sea en la propia Sudamericana o en el mejor de los casos en la Libertadores.

Este dato no es menor ni un tope a las ambiciones que puedan despertar en los hinchas de Alianza, Cristal o Melgar. Al contrario, este tercer lugar puede verse como un punto de partida realista para trazar los objetivos internacionales de este 2019 y a partir de allí analizar el éxito o fracaso de su participación en el certamen.

Señalar las diferencias económicas entre los planteles del Internacional o River Plate con respecto a Alianza Lima, o hacer el mismo ejercicio con Palmeiras y San Lorenzo, en el caso de Melgar, no buscar dar por sentado que se perderán los cotejos que tengan ante ellos. Lo que se busca es no perder de vista ese tercer lugar que luego les permita seguir con los ingresos.

 

Tanto blanquiazules, celestes o rojinegros han marcado diferencias en los últimos dos años a nivel local, no solo en términos de juego sino de planteles. Pero para competir en la Libertadores necesitan aún más poder adquisitivo y una de las vías para lograrlo es tener una participación sostenida a nivel internacional.

De manera preliminar y aun deseándoles el mayor de los éxitos a nuestros representantes, Cristal es el que a priori tiene más posibilidades de tentar la clasificación a octavos de final, al tener como rivales a Godoy Cruz, Olimpia y Universidad de Concepción. Si bien ningún equipo peruano puede mirar por encima del hombro a un rival, la diferencia de planteles es menor respecto a otros grupos.

Por su parte, Alianza Lima, tiene un duro reto con Internacional, River Plate y Palestino de Chile. Si bien el cuadro íntimo demostró que puede ganarle a un campeón de Libertadores vigente, como ocurrió con Estudiantes de La Plata, el no bajar del tercer puesto debería ser la vaya a superar.

 

En tanto, Melgar también tiene un panorama similar al de los íntimos al compartir grupo con Palmeiras, San Lorenzo y Junior. Los dirigidos por Jorge Pautasso han sido pragmáticos en las dos rondas que superaron ante Universidad de Chile y Caracas, y en esta fase de grupos su techo debe construirse sobre la base de su poderío en Arequipa. Respetando la casa, al menos con dos triunfos, los números podrían abrir la puerta a una clasificación a octavos o en su defecto a un tercer lugar que como mencionamos les daría la opción de seguir compitiendo en la Sudamericana.

Como cada año, la Copa Libertadores nos remite sentimientos encontrados. Por un lado, el deseo de que sea el año de los equipos peruanos, acaso rememorando lo del 2010 con Alianza y Universitario, que a su estilo, compitieron hasta lo que pudieron pero dejando buenas sensaciones. Por otro lado,  está el miedo al déjà vu que pueda ser una fase de grupos con cero puntos o la pérdida de una clasificación a octavos en los últimos minutos como ya ha ocurrido. Pero esto es fútbol y como la vida, la oportunidad de hacer historia en cada partido está. Esperemos que el 2019 el final sea favorable.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com


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