Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comLos amistosos jugados por algunos equipos peruanos frente a rivales extranjeros, sea en sus presentaciones locales o como invitados en el exterior, no han dejado un gran saldo de victorias, sino todo lo contrario. Las críticas a los clubes no se han hecho esperar, ¿pero tienen sentido cuando aún no ha empezado la temporada oficialmente?
    Eduardo Tirado | @EduardoTL
    Redactor

El aficionado siempre va a querer que su equipo gane, ya sea un duelo amistoso a puertas cerradas o un encuentro oficial por algún torneo. Para el ojo del hincha, todos los encuentros suelen valer lo mismo y el vencer por vencer siempre debe ser el objetivo del equipo, cueste lo que cueste. Hay que decir que esta óptica es aceptable en cierta medida, ya que el deporte, al ser una competencia, requiere exigencia para superar a quien sea que se enfrente; no obstante, hay que reconocer, también, que no siempre se puede ganar, y hay que saber cómo reaccionar frente a la derrota.

Es importante que se sepa diferenciar las coyunturas, ya que cuando se pierde muchas veces se suele generar críticas desmesuradas hacia los equipos y se terminan tomando decisiones apresuradas con el fin de calmar las aguas. No es novedad, pues, que un técnico sea destituido luego de una derrota apabullante, sin respetarse su contrato, o que tal o cuál jugador sean hostigados hasta el cansancio por algún error cometido en un enfrentamiento. Son situaciones que suceden en la realidad de nuestro fútbol y que están tan enquistadas que ya se han hecho costumbre, por lo que suelen tener aceptación general y casi ni se cuestionan.

Muchas de estas reacciones, tomadas sobre la base del impulso casi inmediato, buscan saciar la necesidad de encontrar culpables frente a la derrota por parte de los directivos o simpatizantes. Muchos de estos piensan a veces que, de esa manera, van a solucionar el problema de fondo del equipo, cuando esto no necesariamente será así, sino que hay otros factores que entran a tallar que tal vez no se toman en cuenta antes de tomar este tipo de decisiones.

Emelec fue muy superior a Cristal. Sin embargo, el desenlace generó controversia. (Foto: API)

En el caso de los amistosos jugados por los cuadros peruanos, los resultados no han sido alentadores. De los siete enfrentamientos, hasta el momento, solo se cosechó una victoria. Alianza cayó 2-1 en su visita a Barcelona de Ecuador, pero se tomó su revancha por 3-0 jugando en el Alejandro Villanueva. Por su parte, Universitario perdió 2-1 ante la Universidad de Chile y 3-0 ante la Universidad de Concepción. Asimismo, Emelec venció por 3-0 a Cristal en la visita de los celestes. Por último, César Vallejo fue vencido 4-2 por Barcelona en Uruguay, mientras que Melgar pasó por lo mismo al caer 2-1 frente a Independiente del Valle en su Tarde Rojinegra.

Sacar conclusiones de estos partidos es muy apresurado, ya que apenas se trata de los primeros encuentros de pretemporada. Más aún, hay motivos para sostener que no se debería tomar con tanta severidad a estas presentaciones, tal como se le suele hacer:

- En primer lugar, hay que tener en cuenta que muchos de estos encuentros están más ligados a ofrecer un show. Se ha instaurado la costumbre de organizar un partido en el cual se pueda convocar a la hinchada y así presentar en sociedad al equipo, jugador por jugador. Esto puede ser acompañado con grupos musicales y animadores que hacen de la velada más entretenida. El hecho, en sí, nada tiene de malo; pero hay que tener en cuenta que obedece más a una estrategia de marketing por parte de los clubes, que intentan -desde antes del inicio de la competencia- comenzar a fidelizar a la hinchada con sus jugadores, y viceversa. Por ello se ofrece toda la parafernalia de los reflectores, las luces, la música y demás, para crear ese ambiente de espectáculo y arrancar los aplausos de los asistentes.

Alianza Lima se presentó con éxito ante Barcelona SC. (Foto: Pedro Monteverde / DeChalaca.com) 

Lo expuesto es sumamente válido, ya que asociar continuamente el fútbol con un espectáculo por el cual vale la pena pagar podría ayudar a revalidar la idea de este deporte como un producto rentable y totalmente vendible, por el que los hinchas están dispuestos a invertir. No en vano, tanto Universitario como Alianza Lima lograron vender todas sus localidades y generar buenas ganancias, a raíz de estos partidos y la gran convocatoria que tuvieron.

- En segundo lugar, y en relación con el primer punto, vale caer en la cuenta de que el partido de presentación, en sí, solo llega a ser el “plato de fondo” de todo lo mencionado anteriormente. Por eso, el valor futbolístico que ofrece se presta a ser prácticamente nulo, o en todo caso, pasa totalmente a segundo plano. Está claro que todos quieren ver a su equipo predilecto en acción, haciendo goles y practicando firuletes en el gramado, mejor aún si es con un triunfo de por medio; sin embargo, el resultado, sea el que fuere, no debería ser determinante como para empezar a emitir juicios críticos sobre el devenir el equipo, ni mucho menos como para practicar la videncia sobre lo bien o mal que le irá al club en el año. Está de más decir que tampoco debería ser el termómetro para comenzar a tomar medidas radicales ante algún entrenador o jugador, quienes recién están comenzando a demostrar por qué se le ha traído a determinada institución, en el caso de los refuerzos.

Para concluir, un buen comienzo no siempre te asegura un buen final de año, y viceversa. Puede haber casos en que sí y otros en los que no. En ejemplos concretos, Cristal venció a Universidad de Chile por 2-1 el año pasado, en el Día de la Raza Celeste, y terminó campeonando en esa temporada; no obstante, Alianza Lima, en el 2017, cayó 0-2 ante Palestino en la Noche Blanquiazul, pero igual terminó coronándose a finales de ese año. Con casos como estos, se desbarata aquella lógica cortoplacista de querer cambiarlo todo al mínimo fallo.

Lo único cierto es que, ante cualquier resultado adverso en este tipo de encuentros, debe primar la cordura y la inteligencia, antes que nada. Las conclusiones ya se sacarán a final de año, cuando se determinará en qué falló cada equipo para no lograr el objetivo planteado. Mientras tanto, se debe intentar no adelantar juicios inquisitorios y analizar constructivamente, si fuera el caso, antes que comenzar a señalar culpables y ver fantasmas donde no los hay, que es lo que suele suceder normalmente.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Fotos: Pedro Monteverde / DeChalaca.com, API


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