Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comA pesar del triunfo por 2-1 frente a Australia, Francia mostró un rendimiento por debajo de la expectativa creada alrededor de la calidad de sus jugadores. Les bleus estuvieron lejos de desplegar su máximo potencial y sembraron incógnitas sobre cómo podría desarrollarse su venidero duelo ante Perú.


Daniel Orrego | @dorrego1411
Redactor

Desde Francia

Francia tomó de manera literal el símbolo del gallo que muestra en su insignia y se mostró como un equipo terrenal, con la misma imposibilidad de levantar vuelo, que no parecía estar conformado por algunos de los mejores jugadores del mundo y quedó lejos de refrendar la chapa de candidato a levantar el trofeo de la Copa del Mundo que algunos le han puesto.

Didier Deschamps decidió alinear un trío ofensivo, en el papel, dispuesto a arrollar a su rival con Kylian Mbappé y Ousmane Dembelé por los lados. El jugador del PSG, llamado a ser el primero en despegar hacia el siguiente nivel en su categoría de estrella juvenil, se perdió entre los lujos improductivos y poco pudo hacer para buscar a sus compañeros.

Sin la posibilidad de buscar el gol por el aire, pues Olivier Giroud esperó en el banco e ingresó por Antoine Griezmann en la segunda mitad, el juego se llevó al lugar que preferían los socceroos: a ras del piso. Una ordenada defensa liderada por Trent Sainsbury alejó el peligro del arco de Matthew Ryan en la primera mitad.

Mathew Leckie se tuvo que esforzar para ganarle arriba a Antoine Griezmann. (Foto: FIFA) 

La tecnología, en la segunda parte, fue parte de las dos jugadas que le dieron el triunfo a los galos. Andrés Cunha marcó un penal -que fue convertido en gol por Antoine Griezmann- tras revisar la jugada gracias al VAR, para que vuelen las críticas de quienes consideran esto una aberración dentro del deporte, y convalidó un remate de Paul Pogba desviado en Aziz Behich luego de recibir la notificación de que el balón había traspasado la línea del arco.

Este tanto desniveló un duelo de fuerzas parejas que contó con una sólida zaga del lado de los oceánicos, pero que dejó a Andrew Nabbout muy solo frente a los centrales franceses. Con poco que ofrecer en el ataque, un rechazo de Corentin Tolisso -quien casi anota en propia puerta- y una mano inexplicable de Samuel Umtiti -desplegada en el aire tras un tiro libre desde la derecha en un intento sin sentido por llenar con sus brazos el espacio entre él y sus rivales- le habían dado la oportunidad de empatar, pues Michael Jedinak marcó la igualdad tras esta falta. Una que se rompió a minutos del final.

La decisión de Deschamps de dejar fuera a Benjamin Mendy y Djibril Sidibé e incluir en el once inicial a Benjamin Pavard y Lucas Hernández como laterales le quitó a Francia la velocidad que usualmente ofrece por las bandas. Quizá este sea el primer aspecto por cambiar en el equipo galo, pues con nula creación en el medio y poca proyección por las bandas el vuelo de Moscú a París podría llevarse a cabo mucho antes del 15 de julio, día de la final de la Copa del Mundo.

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