Las tarjetas que Perú no debe volver a recibir: Limpia blanquirroja

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Kenny Romero | @kenny_romero Director Periodístico |
Se juega el 'Clásico del Pacífico'. Una nueva edición de un Chile - Perú que, en esta ocasiones, a ambas selecciones los tiene con necesidades del mismo corte: no la pasan bien en las Eliminatorias y están obligados a sumar, sobre todo en el caso de 'La Roja', que carga no solo con la responsabilidad de la localía, sino también con un rol jerárquico que le ha dado el paso de los años y que se han plasmado en resultados importantes (dos títulos de la Copa América y dos clasificaciones al Mundial de manera consecutiva) que, sin duda, le otorgan obligatoriedad para sacar adelante el compromiso en el coloso de Ñuñoa.
Eso es lo que cuenta por el lado de Chile. Sin embargo, desde la vereda de la blanquirroja, hay hasta tres aspectos identificados y por corregir que, se espera, hayan sido repasados por el comando técnico para no caer en errores y, básicamente, lograr un resultado importante en Santiago. La misión es muy complicada, más aun si se trata de una plaza en la que jamás se ha ganado por Eliminatorias. No obstante, detectar estos yerros a tiempo y plasmar una concepción distinta al partido a partir de allí puede ayudar a que el compromiso se contextualice de otra manera.
Estas tres situaciones por corregir se produjeron ante el rival que es dirigido por Juan Antonio Pizzi durante la era Gareca; es decir, en sus dos últimos partidos oficiales ante los sureños: en la Copa América 2015 y en el duelo de ida del actual proceso clasificatorio. Vale añadir que, de aquellos dos compromisos, solo tres jugadores están actualmente como titulares en el once de la selección peruana: Pedro Gallese, Christian Cueva y Paolo Guerrero.
Primer detalle por corregir: las expulsiones
No es un secreto, sino una realidad en la que se ha tropezado groseramente. Perú va a enfrentar a un rival que tiene jugadores con características provocativas, entiéndase con mañas para provocar al rival. Como Arturo Vidal, por citar un ejemplo. En la Copa América de 2015, la blanquirroja cayó desde el arranque y se empezó a pasar de revoluciones, puntualmente Carlos Zambrano, quien se ganó temprano una amarilla por una falta sobre Alexis Sánchez y minutos más tarde por una artera patada en contra de Charles Aránguiz. Claro, el 'León' ya se había descontrolado luego de unos roces que tuvo en el arranque con el actual jugador del Bayern Munich. Aquella roja fue determinante en el resultado de aquella semifinal.
Y en el duelo de las actuales Eliminatorias, el mismo error repetitivo. En esa oportunidad el protagonista fue Christian Cueva, jugador que psicológicamente ha ido recibiendo lecciones que en este instante lo catalogan como uno de los líderes de la selección, pero que igual evidenció un déficit: el de no saber controlar sus emociones en momentos claves y sin medir la envergadura del partido. La jugada sigue en la retina: fricción con Jorge Valdivia y, tras perder en la dividida, simplemente optó por lanzarle el balón en la cara, en las narices de Néstor Pitana. Su expulsión cayó de madura y terminó perjudicando una barbaridad a Perú. Esto no puede volver a repetirse.
Segundo detalle por corregir: las desatenciones
En este punto se entremezclan dos aspectos fundamentales, que son básicamente el hecho de no desatenderse tan fácil de la parte defensiva, pero sobre todo no bajar el ritmo justo en los instantes en el que Chile estuvo en su mejor forma. En 2015, por ejemplo, el segundo gol de 'La Roja', el de Eduardo Vargas, se produjo a partir de un error en la salida de Paolo Guerrero; un mal pase en el que se evidenció un detalle a tomar muy en cuenta: si flojeas un poco, lo más probable es que Chile te liquide.
En Lima, lo que ocurrió fue algo muy parecido, aunque por partida triple. La defensa se desmoralizó en el segundo, tercer y cuarto goles chilenos. Primero por una marca sin presión a Alexis Sánchez que encontró bien abierto al 'Mago' Valdivia y este encontrara solo a Eduardo Vargas, a la par que toda la línea defensiva peruana no sabía a quien marcar. Luego, solo se hizo un seguimiento visual a la jugada que desembocó en el tanto de Alexis, y posteriormente quedó mal parado tras un contragolpe que no resultó efectivo y dejó sin un marcador para Vargas, quien en la réplica de esa jugada convirtió sin complicaciones. A tener cuidado y reconocer que Chile -más allá de su mal momento- tiene jugadores que en un abrir y cerrar de ojos te puede matar.
Tercer detalle a corregir: los descontroles
Acá el aspecto identificado es más una consecución del rendimiento de la blanquirroja en sus partidos de las Eliminatorias, pero que puntualmente también se pretentaron en esos dos partidos ante Chile en la era Gareca: el descontrol a la hora de encarar y tener ocasiones de concretar. Esa situación en el que una "nube" se filtra en la concepción de las jugadas y aparece un no saber qué hacer alarmante. En 2015 Perú no aprovechó algunas licencias defensivas que le otorgó Chile, pero puntualmente porque las ideas escasearon y dependían en ocasiones de lo que podían plasmar los más habilidosos, entiéndase Farfán y Carrillo.
En el partido de este año en Lima, la figura fue similar con la desventaja (2-4) y se apeló a cualquier recurso menos a la razón, por lo que en gran parte del segundo tiempo el concierto de errores para penetrar el arco de Claudio Bravo, ya sea con la 'Foquita', Yordy Reyna, Paolo Guerrero o el ingresante Joel Sánchez fue en vano, tanto que el descuento que selló el definitivo 3-4 se produjo en las postrimerías, cuando no había más tiempo para intentar siquiera el empate.
Que se corrijan los tres errores señalados no es sinónimo de un triunfo en condición de visitante. Pero lo más importante de todo, más allá del resultado que se obtenga en Santiago, es que la identidad que va cogiendo el actual grupo de Ricardo Gareca no se desarticule justamente por aspectos en el que se podría caer por la característica del rival.
Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com, Reuters, AFP
