Melgar - León 2010: Rugidos de un ayer lejano

La coincidencia histórica estuvo a punto de darse, y de manera fatal. León, el equipo más querido de Huánuco, se jugó la vida en el Heraclio Tapia ante UTC, pues una derrota lo enviaba indefectiblemente a Segunda División. Con el preparador físico Giovanni Figueroa como entrenador de emergencia -Fredy García renunció en el vestuario por discrepancias con la directiva-, consiguió que los goles de Olivi y Prado le dieran respiración artificial a los asistentes al Heraclio Tapia, casi resignados a que ese partido sería el último de Primera División que se viera allí.
Quizá el destino sea inevitable y la 'Jaula' no tenga más fútbol profesional que el de Segunda en 2016: la combinación matemática que debe darse para salvar a los cremas es compleja. Pero por lo menos, no se ensució el calendario con un 20 de noviembre nefasto para una Huánuco que recuerda, más bien, el 21 de noviembre de cada año como un día de gloria. Porque en esa fecha, en 2010, el hijo más querido de la ciudad clasificó por única vez en su historia a una final nacional.
La efeméride, no obstante, no remite al Heraclio Tapia. Aquel equipo que condujo Franco Navarro vivió su jornada más importante, fuera de la final que perdió, unos kilómetros al sur. Allí donde lo esperaba otro 'León', que arroga para sí el rótulo de felino auténtico. Y allí, en el Monumental Virgen de Chapi de la UNSA frente a Melgar, el cuadro crema de Huánuco fue el que rugió más fuerte.
Las postales
Luis Alberto Perea se cuela entre Javier Pereyra y Paulo Ramos y arremete como una tromba. Aquel 21 de noviembre de 2010, a falta de tres fechas para el final de la temporada, León llegó a la UNSA con 9 puntos de ventaja sobre Juan Aurich, su inmediato perseguidor en la Serie B. Además, le llevaba 11 a la Universidad César Vallejo, que aún abrigaba esperanzas de bonificar 2 puntos vía la reserva -como efectivamente ocurrió al final-. Por eso, al cuadro crema le bastaba un empate para zanjar el pleito, pero no se conformó. Ni siquiera cuando a los 38' el uruguayo Leonardo Rivero puso arriba al 'Dominó' con un remate seco en el área grande. Peleó, insistió y buscó con fruición a su único punta titular, y este lo recompensó.
Así, a los 73' y a los 83' Perea, el piloto de ataque y referente del gol de aquel brillante equipo de Navarro, cobró y gritó. Primero tras matar el balón de pecho y definir en media vuelta, en la culminación de una llegada sobre la base de una combinación veloz con Ronaille Calheira -había entrado a acompañar al colombiano- que dejó sin reacción a la zaga rojinegra y al meta Juan Pablo Begazo. Cuando anotó el gol, el ariete fue a buscar el balón a la red para ponerlo rápidamente en juego: muestra inequívoca de la ambición por más, por no estar satisfecho con un resultado que era ya el que el equipo necesitaba. Por eso, solamente consideró cumplida la faena cuando 10 minutos después enfiló un remate desde fuera del área, cruzado, raso e inatajable para Begazo. El hoy delantero de Huancayo lo gritó con el alma: brazos extendidos y con todo León cayéndole para celebrar la hazaña.
Luis Guadalupe abraza a Leonardo Rojas e inicia los festejos cremas. No solo Perea gritó en la UNSA. Luis Guadalupe, estandarte de la defensa crema y símbolo de la curia más cercana de Navarro, ya había para entonces patentado su peculiar arenga para insuflar ánimos en el camarín de León: el "¡tengo haaambreee!" se hizo lema de una campaña apoteósica. 'Leo' Rojas, siempre al lado de Franco y guía espiritual del grupo, fue el primero en fundirse en un abrazo con 'Cuto', mientras Calheira le chocaba la mano y al fondo Gianfranco Espinoza -lateral derecho en aquel equipo, justamente para dejarle la zaga central a Guadalupe- aplaudía.
Muro; Espinoza, Guadalupe, Cardoza, Salas; Ferrari, Hidalgo; Peña, Rodas, Chávez; Perea. Calheira, Christian Sánchez, Ardiles. Si hubo trece del Gallo, estos fueron los catorce del León. El del centro, que se fue al sur para dejar en la historia una página indigna de que se escriban, hoy, meros deseos de salvación a los que el aventurismo político ha conducido exactamente cinco años después de momentos tan opuestos.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Fotos: Diario El Pueblo de Arequipa

¡Ruge León!