Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comAnte la abundante desinformación en torno del escándalo de corrupción que sacude a la FIFA, compartimos tuits explicativos sobre el tema lanzados por nuestro director Roberto Castro que explican de manera sencilla lo sucedido y sus implicancias.

El último jueves Zürich amaneció conmocionada por el arresto de una serie de altos dirigentes del fútbol mundial que estaban reunidos en el hotel Baur aur Lac con miras a la votación de este viernes para elegir al nuevo presidente de la FIFA. Rápidamente, el Departamento de Justicia de los Estados Unidos divulgó un comunicado en el cual colocó enlazados archivos PDF con los dos principales expedientes abiertos a personajes vinculados con el mundo del fútbol: el llamado "Expediente Webb" (que acusa de corrupción al presidente de la Concacaf, Jeffrey Webb, y a otros altos 13 dirigentes) y el el "Expediente Hawilla" (que acusa al dueño de Traffic -firma brasileña dueña de los derechos de transmisión de los principales torneos de Conmebol-, José Hawilla, y a sus vinculadas Traffic Sports USA y Traffic Sports Internacional).

El valor de la información

Como explica nuestro director, lo recomendable en estos casos es acudir a las fuentes directas de información. En estos tiempos de redes sociales, la mayoría de medios -no solo en el Perú, sino en el mundo- apela al recurso fácil de reproducir lo que otros han dicho (el llamado "copy paste"), lo cual induce a errores en la información que llega al usuario.

Un ejemplo patente de lo anterior es el hecho de que inmediatamente luego de lo ocurrido, en el Perú se alzaron voces a ironizar sobre si la FIFA debería desafiliar a Estados Unidos por "intervenir en el fútbol". Esto raya en lo ridículo, como se explica a continuación.

Las implicancias en Sudamérica

De los dos expedientes, el que acusa a 14 dirigentes ("Expediente Webb") es el que involucra a personajes sudamericanos: Eugenio Figueredo (uruguayo, presidente de la Conmebol), Rafael Esquivel (venezolano, presidente de la Federación Venezolana de Fútbol), José Maria Marin (brasileño, presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol) y Nicolás Leoz (paraguayo, expresidente de la Conmebol).

Vale enfatizar que los 25 co-conspiradores son personas no acusadas por la Justicia estadounidense -se entiende que por falta de pruebas contundentes que los hagan responsables-, por lo cual no están incluidos entre los 14 acusados y el proceso no es contra ellos. Pero sí han sido participantes de la operación, por lo cual la Fiscalía estadounidense, si bien omite citarlos con nombre y apellido, describe los roles que cumplían, en algunos casos con tanta precisión que es posible identificar a los personajes de los cuales se está hablando.

Así, el Expediente Webb coloca un número del 1 al 25 para cada co-conspirador, y describe el rol que ellos cumplen. Eso permite identificar a siete de esos 25 co-conspiradores como dirigentes sudamericanos involucrados, todos distintos de los cuatro (Figueredo, Esquivel, Marin y Leoz) ya incluidos entre los 14 acusados.

En algunos casos, la descripción hace inequívoca la identificación de los personajes.

El acto de corrupción en sí

El Expediente Webb cuenta con 164 páginas, a lo largo de las cuales desarrolla su alegato en 350 incisos. El 249° es el que describe el supuesto acto de corrupción en Conmebol: habla de una coima de US$100 millones divisibles en cinco pagos de US$20 millones cada uno. Este último monto, a su vez, sería divisible del modo siguiente.

Es muy importante precisar que el Expediente Webb no incluye entre sus 14 acusados a los supuestos destinatarios finales de la coima (los presidentes de las federaciones), sino a quienes habrían acordado el pago (los miembros de Datisa) y habrían sido los receptores iniciales del dinero (los cuatro dirigentes sudamericanos directamente acusados).

Así, sin necesidad de ser expertos en leyes, es posible extraer algunas conclusiones.

Por lo visto, a mucha gente sí le cuesta.

La precisión matemática

A partir del rebote mediático de un informe publicado por el diario El País de España, este jueves 28 surgieron nuevos titulares periodísticos acerca de "7.5 millones de dólares recibidos por los dirigentes de las federaciones", entre los que se menciona a Manuel Burga como representante de la Federación Peruana de Fútbol.

Sin embargo, esto no es una nueva información o caso de corrupción adicional. Más bien, no es otra cosa que una extrapolación matemática de las cifras anteriormente explicadas.

Al respecto, como se dijo anteriormente, el Expediente habla de pagos principales (3 millones de dólares por armada) destinados al presidente de la Conmebol (el uruguayo Figueredo) y a los presidentes de la AFA y la CBF; y de pagos secundarios (1.5 millones de dólares por armada) a los presidentes de las siete federaciones nacionales restantes, aun cuando en realidad -como se dijo anteriormente- las restantes son ocho. Podría colegirse, a partir del encaje de las cifras, que el Expediente entiende a Figueredo como mandatario de la Asociación Uruguaya de Fútbol, aun cuando eso no es estrictamente así; pero antes que especular, es preferible que la Justicia estadounidense misma aclare este punto.

En todo caso, el Expediente, como se explicó antes también, señala que de los 100 millones de dólares inicialmente dispuestos para coimas, solo se ejecutaron desembolsos por 40 millones. Eso desnuda imprecisión en los titulares periodísticos.

Así, con 40 millones de dólares desembolsados, lo que cada Federación nacional habría recibido no sería 7.5 millones, sino 3 millones.

La sociedad del retuiteo fácil, le dicen.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com


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