Cienciano - Bolognesi: (Juve)mal endémico
Marcelo Trobbiani acosado por la siempre incisiva prensa cusqueña, rumbo al camarín, fue la mejor postal para resumir una nueva tarde gris del 'Papá' en su feudo. Es la doctrina máxima del juvenalismo: busca un culpable a quien endosarle los efectos de tus manejos y tus modos para que se convierta en blanco de las críticas. Punto seguido: intenta que ese culpable sea un tipo peleonero, que declare fuerte para pelearse con los periódicos y que te gane protagonismo en los titulares. Otrosí: críticalo y cuestiónalo, para que cuando cometa errores puedas deslindar responsabilidades. Que sienta la presión y que la hinchada sepa que le puedes cortar la cabeza si te da la gana. Total, tú eres el patrón, el dueño, el incuestionable gamonal.
Totalmente en rojo
No solo por los colores de los dos equipos, sino porque ambos compartieron falencias. Trobbiani apostó por devolver a Cienciano al convencional 4-cuadrado-2, luego de que en los últimos partidos de Uribe el cuadro cusqueño hubiera estado jugando con tres al fondo. Sin embargo, hubo demasiada desconexión entre líneas, sobre todo en el medio: el trabajo de recuperación de Corcuera -lo mejor del local- y Collantes nunca se tradujo en ideas por parte de Guevara y Romero. Al primero parece venirle mejor entrar en los segundos tiempos que arrancar, mientras que al colombiano estuvo irreconocible y no le salió ni un solo pase bien.
Tendencia al blanco
'Bolo', por su parte, jugó -con su uniforme alterno- uno de esos partidos en los que la visita se da por bien servida con el cero. Volvió tras algunas jornadas el golero Ramírez, quien hasta había sido capitán en los primeros partidos, y dio más seguridad que el juvenil Aliaga, pero en el segundo tiempo casi protagoniza un blooper cuando el balón se le escurrió de las manos y el juez Caballero no cobró doble contacto cuando volvió a tomarlo. Por lo demás, Rey ratificó que juega mucho mejor como extremo que como punta, y las únicas ocasiones que cuestionaron el cero fueron un mano a mano de Gamarra con Rosales sobre el arranque y un desborde del ingresado Stagnaro que se paseó por la raya de gol cusqueña. Fuera de eso, estaba clarísimo que el marcador acabaria en blanco.
Trobbianitos
Los cambios del nuevo técnico rojo no contribuyeron a resolver el problema ofensivo de Cienciano. Cavallo derrochó empeño, pero no le salió nada; Montes no se hizo sentir más allá de una palomita que besó el poste de Ramírez; Tomasevich, más y más choques, pero nada de gol. Además, dada la mala tarde de los creativos, entraron Soria y Quintanilla, ambos jugadores con mayor vocación de marca. ¿El problema de plantel no es de naturaleza dirigencial?
El carril ganador
Así, Cienciano se perdió en los intentos de desborde de Guizasola, correlón como siempre. Pero se topó con un Javier Chumpitaz en impecable tarde que, sobre la base de barridas, acabó convirtiéndose en el mejor del campo. Al medio, a 'Bolo' le bastaron el trajín del chiclayano Marcos Delgado y el importante orden del paraguayo Gamarra para salir airoso. Aunque a Mosquera, hoy un empate, aun en el mismo Cusco, no le baste para recuperar crédito -basta con mirar la tabla-.
Tiempo de invocar a la Furia
En DeChalaca.com hemos acostumbrado ser extremadamente críticos de Julio César Uribe, pero algo queda clarísimo: esta vez el problema no era él, o al menos solo él. El problema de Cienciano está en la cabeza. En el gamonalismo y la terquedad en seguir haciendo una chacra de lo que podría ser una institución modelo por su éxito internacional y la belleza de la ciudad en la que tiene sede. En la barra de Cienciano, hasta donde se sabe, se cuenta mucha gente con preparación universitaria y un mejor nivel intelectual de la mayoría de las hinchadas del país. ¿Quién se anima a empezar a decirle "basta" a Juvenal Silva?
Fotos: Diario del Cusco
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escrito por alberto , April 20, 2009