San Martín - Universitario: Planificación versus pasividad
San Martín comenzó ganando por dos goles, pero la perseverancia de Universitario lo llevó a manejar el partido y darle vuelta 2-3. Los cremas sacaron un triunfo que suma mucho en lo anímico y de paso pone de candela la definición del Grupo B.
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El carácter es fundamental en cualquier equipo y en el fútbol. Eso que llamamos garra, que sirve para diferenciar equipos con experiencia e historia del resto y darles un plus en cada partido. Tal vez ese no sea el caso exacto del partido que ocupa esta crónica, puesto que San Martín es un equipo que a pesar de su corta existencia tiene ya mucho ganado; pero definitivamente sí fue el caso de Universitario, ese equipo que se relaciona con la garra de una manera particular, que puede ganarte partidos sin jugar mucho fútbol pero empujando tres veces más. Esta vez la garra, entre otros factores, fue fundamental para que Universitario levante un 2-0 en contra ante el equipo más fuerte de su grupo. Pero la garra no fue lo único, ni tampoco lo más importante: lo fue la planificación, el esquema táctico que ‘Chemo’ construyó para ganarle el duelo a un equipo duro y con un técnico más meticuloso y con amplio conocimiento táctico.
Universitario planificó un partido pero se encontró frente a otro. San Martín se deshilvanó en defensa al mismo tiempo que lograba atacar con potencia y resolución. Malos momentos futbolísticamente, pero con la capacidad de transformar una contra en gol. Por ahí llegó un penal muy discutido, pero eso estaba de más. San Martín, sin jugar mucho y hasta sin quererlo, se llevaba un 2-0 al bolsillo que no se condecía con lo que se veía en la cancha. La ‘U’ ya había estado manejando el partido y continuó haciéndolo como si nada hubiera pasado en el marcador. Paciencia y planificación: un buen planteamiento que se mantuvo en pie en los momentos más complicados. Finalmente pudo traducir en gol el dominio que tenía en la cancha y que había acorralado a San Martín en su área. Con eso solo quedaba ser paciente.
El complemento fue más entretenido, más peleado, con más situaciones claras. Los de ‘Chemo’ vencieron porque siguieron lo planificado. Más allá del miedo popular que le produce al hincha merengue ver a Schüler y a Duarte juntos en la zaga, desde la última línea hasta la delantera la 'U' jugó de modo ordenado. En ese punto estuvo la diferencia más grande entre los dos equipos: el desbalance de la San Martín entre defensa y ataque es muy grande; defensivamente se caía a pedazos y ofensivamente podía ser imparable cuando así lo querían sus jugadores. Universitario, en tanto, fue más pragmático y priorizó el orden, hasta conseguir el dominio sobre un rival que sufre con pases largos y juego aéreo. Al final, el tiempo hizo lo suyo. Embate tras embate, la 'U' logró romper las líneas de su rival, sobre todo gracias al ingreso de ‘Canchita’ Gonzales, quien colaboró con el gol de la victoria.
Premio a un equipo ordenado y obediente. La ‘U’ jugó su partido. Más bien, le jugó al rival, lo golpeó donde le duele y salió airoso. San Martín no parece haber jugado como quiso su DT. Este once desconectado en el centro y sin ánimos para responder no refleja el fútbol que Julio César Uribe les imprime a sus equipos. En otro lugar quedó el buen fútbol, reemplazado por la pasividad de quien se limita a lo que puedan hacer Perea, Montaño, Silva o Marinelli cuando se iluminan. Entre la planificación y la pasividad hay un claro ganador y eso lo supo Universitario en el Callao. Tercera victoria crema seguida y tres puntos que valen mucho más que eso; valen la tranquilidad del equipo que despierta y que mete miedo, a costa, encima, del más bravo de su grupo.
Fotos: Luis Chacón / DeChalaca.com
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