Minuto 60: De hombre a leyenda
No son muchos los futbolistas que pueden alardear de que un estadio lleve su nombre. El de Milán es el Giuseppe Meazza cuando juega el Inter: aquel bicampeón con Italia que en 1938 anotó su último gol en los Mundiales ante Brasil en un partido lleno de anécdotas.
Del fútbol anterior a la década de 1950 no se tienen muchos videos, pero sí un centenar de anécdotas. Es más: este particular gol de Giuseppe Meazza es uno de los pocos de ese Mundial que cuenta con un registro audiovisual. El hecho de que se haya grabado ese partido refleja lo importante que era ese encuentro semifinal.
La sensación del torneo, Brasil, se enfrentaba a Italia, vigente campeón mundial. A pesar del reciente éxito de su rival, los brasileños iban sobrados. Su técnico, Ademar Pimenta decidió guardar a Leonidas y Elba de Padua Lima ‘Tim’ “para la final”. Además, los dirigentes del 'Scratch' ya habían reservado todos los pasajes por avión a París, sintiéndose seguros en la final.
Todavía Brasil no había vivido el ‘Maracanazo’, pero en esa fecha también aprendió lo que significa celebrar antes de tiempo. Gino Colaussi adelantó a los italianos a los 56’. Silvio Piola no dejó reaccionar a Brasil y se internó en el área de la canarinha para ser derribado por Domingos da Guía. El penal, como no podía ser de otra manera, fue para Giuseppe Meazza, capitán y líder de aquella selección. El atacante se dispuso a disparar y ocurrió un hecho que suscita dos versiones. Una señala que en ese momento se le cayó el pantalón pues el elástico ya estaba roto tras un jaloneo con un defensa rival y Meazza lo agarró en el aire; la otra señala que el italiano ya sabía que su short estaba flojo y se cogió la cintura mientras corría.
De cualquier manera, la extraña situación fue suficiente para distraer a Walter, guardameta brasileño con fama de atajador de penales. El ‘1’ del Scratch quedó hipnotizado ante la extraña maniobra de su rival y solo vio como la pelota se dirigía a su mano derecha sin mucha reacción. El descuento llegó a los 87’ de parte de Romeu, pero había por hacer. Cuenta también la leyenda que Vittorio Pozzo, DT italiano, se acercó al vestuario brasileño luego del partido para ver si le podían vender los pasajes a París pues ya no quedaban, y se tuvo que retirar entre insultos. Ótras épocas, mejores historias.
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Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com; Video: Youtube / Usuario: Nummy Nor
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