Foto: AFPBebeto llegaba a Estados Unidos 1994 como uno de los jugadores más importantes y peligrosos de la oncena verdeamarelha. En un partido complicadísimo ante los dueños de casa, él terminaría siendo el salvador de Brasil para señalar el camino de la victoria.

 

La gran dupla brasileña de 1994 estaba compuesta por los geniales Bebeto y Romário, dos atacantes que no necesitan presentación para ningún conocedor de fútbol: eran simplemente fenomenales y se encargaron de guiar a su selección hacia la victoria final en esa Copa del Mundo.

Bebeto era el jugador estrella del Deportivo La Coruña en ese entonces pero llegó al torneo tras el fracaso de su club en la pelea por el título español, que se le escapó en la última jornada luego de que Bebeto se rehusara a patear un penal decisivo frente a Valencia, siendo él el encargado por la ausencia del pateador principal.

Por esta razón, el Mundial era la oportunidad de reivindicarse y afirmar su supremacía en ataque frente a todo rival que se le cruzara. En el once inicial en todos los partidos, Bebeto formaría un ataque letal junto a Romário para asegurar el pase de la Seleção a octavos de final sin muchas dificultades, en donde les tocaría enfrentar al dueño de casa.

 

 

Es así que Brasil y una débil pero aguerrida selección estadounidense se vieron las caras el 4 de julio, Día de la Independencia, que auguraba un gran ambiente de fiesta en el Stanford Stadium, repleto por más de 84 mil almas que soñaban con ver a su equipo batir a la todopoderosa verdeamarelha. Y vaya que Estados Unidos se hizo respetar y le planteó un partido inteligente al rival, defendiendo con corazón e intentando penetrar la zaga contraria con las pocas armas ofensivas a su disposición. Con el agregado de la expulsión de Leonardo antes de la finalización del primer tiempo, todo parecía acomodarse para la hazaña norteamericana, hasta que llegó el minuto 72.

La jugada empezó en la media cancha con Romário en la posesión. Casi sin oposición, el astro brasileño se infiltró hasta cerca de la media luna estadounidense y vio a Bebeto en el borde del área, a su derecha. Sin dudarlo un segundo, le cedió el balón a su compañero de ataque y este, ya dentro del área, la cruzó en primera con el borde interno de su pie derecho. Fue un remate suave que la barrida del barbudo Alexi Lalas no pudo bloquear y que la estirada del portero Tony Meola tampoco logró interceptar. Así, el esférico se coló en la esquina inferior izquierda para inflar las redes y librar a los entonces tres veces campeones del mundo de la ignominia de verse eliminados tan temprano de una Copa del Mundo frente a un rival de poco peso.

Luego de este gol, su segundo en ese Mundial, Bebeto volvería a anotar frente a Holanda en cuartos de final, se encargaría de guiar a su país hacia el título mundial luego de 24 largos años de espera y se aseguraría un sitio privilegiado en la historia del fútbol mundial.

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El otro minuto 72: el gol de Leopoldo Luque (Argentina) a Perú en 1978

Foto: AFP; Video: Youtube / Usuario soccergoals2010

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