Arsenal - Bayern: Bayern, el conquistador
Londres, miércoles 20:45. Emirates Stadium. Tribunas llenas. Joachim Löw y David Moyes esperando el partido. Himno de la Champions. Wenger y Guardiola. Wengerismo vs. Guardiolismo. Neuer y Özil. Lahm y Mertesacker. Yaya Sanogo. Nicola Rizzoli. Octavos de Champions.
La llave más importante de esta ronda de dieciséis -por historia y títulos- tenía su primera parte en la casa del Arsenal. Como suele pasar en estos partidos, hubo sorpresas. Wenger, desafiando a sus seguidores, mandó en punta al joven delantero francés Sanogo. El ‘22’ no jugaba esta competición desde la ronda de play offs ante el Fenerbahce y no había destacado el domingo ante el Liverpool. ‘Pep’ devolvía a Lahm al lateral derecho y a Javi Martínez como ancla. Rafinha a juntarse con Claudio Pizarro en la banca a esperar su oportunidad.
El clásico 4-2-3-1 del Wengerismo contra el clásico 4-3-3 del Guardiolismo. Quizá no se esperaba que Arsenal saliera a discutir la posesión, pero así lo hizo. Tal vez con el gol que le hizo Toni Kroos en la eliminatoria del año a los 7’ en mente, Wenger quiso que su equipo vaya a morder desde temprano. Y fue en ese cabalístico minuto 7 que Mertesacker le hizo un claro penal a Özil. Mesut se paró frente a su amigo Neuer y dudó. El arquero del Bayern, al que tapando penales le va muy bien, desvió el remate y de paso la atención de los jugadores gunners. Desde ese momento, el Bayern comenzó a dominar el partido.
Kroos mandó un pase largo que encontró a Robben, que fue trabado por Szczesny. Penal claro, pero Rizzoli exageró en la expulsión. Con la amarilla estaba bien, ya que ocasión manifiesta de gol no era y el polaco no salió con intención de agredir. Entró Fabianski solo para ver como David Alaba mandaba el balón afuera tras dar en la base del palo. Más allá de eso, con todo a su favor, Bayern se siguió haciendo fuerte. Durmiendo el partido con su posesión para esperar una oportunidad. Esta no llegó hasta después del descanso.
Guardiola metió a Rafinha para aprovechar su potencial capacidad asociativa con Robben. Al frente tenían “solo” a Nacho Monreal, quien había reemplazado al lesionado Kieran Gibbs a los 31’. El español fue superado todas las veces por el brasileño y el holandés, y de ahí partieron las mejores insinuaciones de los bávaros. Por ahí también cayó el gol, tras un jugada por derecha que terminó a los pies de Kroos que la clavó de fuera del área a los 56’. Con el 0-1, la historia estaba para la goleada.
Eso no ocurrió. El cuadro bávaro abusó del juego horizontal, para molestia de su DT que hizo ingresar a Thomas Müller y a Pizarro. Con dos jugadores más afines al gol, terminó cayendo el segundo. Gol del alemán tras centro del capitán Lahm y buen arrastre de marca del peruano.
El 0-2 se acercó más a reflejar lo visto en la cancha. Un Arsenal asustado defendiendo, que renunció al ataque, esperanzados con que con el 0-1 podían todavía darle vuelta al asunto en Múnich. El segundo gol debe haber cambiado esa imagen. Aunque el partido estaba para la goleada de escándalo, es difícil pensar que, vista la actitud de los de Wenger, estos puedan remontar la diferencia en el Allianz Arena dentro de tres semanas.
Fotos: Reuters, AFP
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escrito por Daniel , February 19, 2014
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