Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com5 de junio de 1938. En la ciudad de Estrasburgo, Brasil y Polonia sostuvieron una titánica lucha por avanzar a la siguiente instancia. A los 118’, en su único partido en una Copa del Mundo, Ernest Wilimowski anotó su cuarto gol y se convirtió en el dueño del mejor promedio goleador en la historia de los mundiales

 

Uno de los partidos más emocionantes en la historia de las Copas del Mundo. Ocurrió en 1938, en Francia, en medio de tambores de guerra que sonaban en toda Europa. La cancha del Stade de la Meinau, en la ciudad de Estrasburgo, se encontraba abarrotada para presenciar este encuentro por la primera fase. La respuesta de la gente ha sido contestada por un monumental y vibrante partido entre Brasil y Polonia, que lo han dado todo, yque se han ido a la prórroga luego de haber empatado 4-4 en el tiempo regular.

En los suplementarios, los brasileños se pusieron arriba por 6-4 gracias a dos goles del mítico Leonidas. Los polacos no querían dar su brazo a torcer, ya habían estado abajo en el marcador en un par de ocasiones, y gracias a su temple habían conseguido forzar los suplementarios. El árbitro sueco Ivan Eklind ya empezaba a mirar de reojo su reloj, pero Polonia atacaba una y otra vez. El que perdía se iba a casa, y ErnestWilimowski no estaba dispuesto a dejar que los brasileños avanzaran tan tranquilamente. Ya había anotado tres tantos en lo que iba del cotejo, y buscaba que su selección se acercara en el marcador.

El tiempo se agotaba, y esto, seguramente, lo sabían los polacos, que eran dirigidos por Josef Kaluza. A pesar de esto, Wilimowski no se dio por vencido, y con un remate cruzado en área rival logró derrotar al portero Lorenzato Algisto Batatais, que no opuso demasiada resistencia. El gol se dio a falta de un par de minutos para la culminación del partido. Había que atacar rápidamente para intentar conseguir la igualdad, pero el tiempo es cruel, y no le dio mayores opciones a un cuadro polaco que se quedó con las ganas de conseguir una hazaña. El marcador de 6-5 hizo que quedaran eliminados.

Para Wilimowski fue un antes y un después luego de los cuatro goles. Aquel fue su único partido en la historia de los mundiales, pero solo bastó ese encuentro para que se convirtiera en el jugador con mejor promedio goleador en la historia de las Copas del Mundo. Luego de aquel torneo, y ya durante la Segunda Guerra Mundial, se uniría al seleccionado de Alemania, país en el que viviría hasta su muerte en 1997.

Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com

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