Foto: AFPLa historia mundialista nos traslada a Italia 1990. En el Inglaterra - Bélgica, por octavos de final, David Platt regaló una sensacional volea a los 119': con ese tanto, su selección encontró el rumbo y, al final, pudo hacer un certamen decoroso.

 

Minuto 119. La escena nos tralada al Renato Dall'Ara de Bolonia, una de las doce sedes del mundial Italia 1990. En la cancha, Inglaterra y Bélgica parecián haber agotado todos los recursos para convertir en el tiempo regular y en los suplementarios y estaban inexorablemente condenados a definir su destino en la máxima justa por la vía de los penales. Para algunos, tal situación iba a resultar injusta, toda vez que los dirigidos por el mítico Guy Thys habían dejado la sensación de ser más equipo, tanto que hasta habían estrellado dos remates al palo. En la vereda de enfrente, los hombres de Bobby Robson no alzaban vuelto e iban en línea con su apática primera fase.

Pero todo cambió en el último suspiro del juego. Cuando el grueso de aficionados y televidentes estaban más atentos a la reacción del árbitro danés Peter Mikkelsen, con la inminente finalización del suplementario para trasladar la historia a la fatídica tanda desde los doce pasos, apareció Paul Gascoigne desde su cancha y emprendió carrera. Tras driblear a Lei Clijsters, 'Gazza' se traslado hasta el territorio contrario y fue derribado por Eric Gerets. Tiro libre temerario a favor de los ingleses.

 

 

Y a partir de ese instante es que entra a tallar en la historia David Platt, un joven atacante que ya brillaba en el Aston Villa y que tuvo la oportunidad de entrar al compromiso dada las complicaciones ofensivas que padecía el seleccionado inglés con Gary Lineker en solitario. Platt, un especialista en los goles de cabeza -y también a los tantos de chalaca-, reemplazó al capitán Steve McMahon y le sacó lustre a su oportunidad de oro: Gascoigne cobró el tiro libre al corazón del área y el sustituto se convirtió en el héroe de la noche. Su misión fue solo seguir con la mirada al balón, ganarle la posición a dos marcadores y, de volea, batir la resistencia de un impotente Michel Preud'homme. El partido no dio para más e Inglaterra se instaló en cuartos de final de aquella cita mundialista.

Para David Platt, aquel momento fue el antes y después de su carrera. Esa formidable ejecución que terminó con el sueño belga, y que le permitió a su seleccionado encontrar el rumbo y finalizar el certamen con un decoroso cuarto lugar, significó el primero de sus veintisiete goles que convirtió con Inglaterra. Años más tarde, el atacante que también pasó por el fútbol italiano y se retiró como jugador-entrenador en el Nottingham Forest, confesó que le tocó pasar el control antidoping con dos jugadores belgas, con rostros de dolor, y él no sabía qué decirles, por lo que toda su euforia por el gol se perdió de manera irremediable. O sea, se quedó en aquel memorable minuto 119.

Foto: AFP
Video: YouTube / Usuario: HayrenikiGarod

Comentarios ( 1)add
...
escrito por KAZUKI ITO , February 14, 2014
Que arquerazo tenía Bélgica, el gran Michel Preud'homme, lejos uno de los mejores porteros que he visto en mi vida, sino hubiese sido que apareció un tal Sergio Goicochea, el belga debió ser el mejor portero del mundial, por encima incluso de Walter Zenga, que hizo un gran mundial aunque con una mejor defensa también. Ese fue mi primer mundial que vi en mi vida y dicen el último mejor mundial, luego el fútbol se volvió más elitista y marketero; y por supuesto más metálico. GOLAZO DE PLATT, si fue imposible para Preud'homme, era imposible para cualquier arquero.
Escribir comentario
quote
bold
italicize
underline
strike
url
image
quote
quote

busy