Pampa marchita

Así como Huaraz tiene en Sport Áncash a su emblema deportivo si de fútbol se trata, en cuanto a infraestructura deportiva, el estadio Rosas Pampa destaca como el orgullo de la ciudad. Lamentablemente, su mejor escenario acarrea un problema que persiste desde su reinauguración el 8 de agosto de 2010 cuando le ganaron por 3-0 a Hijos de Acosvinchos: el mal estado de la cancha.
Luego de dos años sin mayor cambio, a fines de 2012 el IPD de la Región Áncash decidió poner fin a esta situación al empezar a darle un adecuado mantenimiento, pero la forma en la que se manejó el tema acabó por tirar al tacho el trabajo realizado a los pocos meses. Y es que a inicios del año en curso la cancha del Rosas Pampa mostraba una ostensible mejora, pero la desidia de las autoridades encargadas hizo que el campo volviera a ser el de siempre, un terreno irregular en el que el pasto juega su propio partido contra la mala hierba y las raíces, el mismo que (lamentablemente) va perdiendo.
Modelo sin arreglo
Se sabe que mantener en buen estado un campo de fútbol en las condiciones que tiene Huaraz resulta difícil. Esta situación no es nueva, ya que en otros escenarios deportivos del país que albergan condiciones similares siempre ha existido el mismo problema. Basta con recordar los ejemplos del Daniel Alcides Carrión de Cerro de Pasco o el Héroes de San Ramón en Cajamarca, canchas en las que por buen tiempo resultó complicado jugar al fútbol hasta que en su remodelación se optó por cambiar al grass artificial. Esta alternativa en su momento también se barajó como opción para el Rosas Pampa, la misma que fue descartada casi de inmediato pues se consideró como innecesaria. El tiempo, sin embargo, pone en seria duda si esa decisión acabó siendo la correcta.
Con lo antes señalado no es que se sugiera realizar ahora el mismo cambio, aunque la actual autoridad del IPD de la región haya deslizado la posibilidad, pero sí que se tomen acciones concretas porque no resulta una tarea imposible hacerlo. El estadio Garcilaso de la Vega en el Cusco es un gran ejemplo de que sí se puede lograr. Aún así, hay otro aspecto que juega en contra de tal cometido, ya que el Rosas Pampa es empleado para disputar tanto partidos de la Segunda División como de la Copa Perú, por lo que su excesivo uso acaba por maltratar aún más el terreno. Encontrar canchas alternativas también resulta vital para su cuidado. En Huaraz cuentan con el Complejo Deportivo de la LIDEFA, el mismo que se emplea mientras se juega la Liga Distrital, pero que ante la falta de comodidades para albergar al público acaba siendo dejado de lado en las instancias finales cuando se busca sacar réditos económicos para cubrir los gastos básicos de la campaña.
Encontrar una solución inmediata es complicado, por lo que si se deciden a recuperar el gramado es probable que se tenga que esperar a que culminen los torneos que ahí se disputan. Como ya se dijo, en 2012 se intentó, por lo que no resulta irreal creer que a fines del presente año se vuelvan a trazar la misma meta pese a que el resultado final sea incierto vistos los antecedentes.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Foto: Miguel Guimaray
