La Resaca del Sábado: Unas bien heladas; otros, bien helados

Hazte una, Horacio
Ya resultado ocioso destacar el trabajo colectivo de Sporting Cristal. Ya debe ser de conocimiento público y ampliamente difundido que su ataque es el mejor del fútbol peruano y que su defensa puede caer en lagunas. Lagunas que se secan por correcciones propias y por el trabajo de los de arriba. También se sabe que, porque ya lo demostró varias veces en esta temporada, que juega a lo necesario y no regala nada. Tal vez el resultado de hoy señale lo contrario, pero por exagerado que suene, el 4-0 quedó corto para colorear la diferencia entre uno y otro equipo. Cristal gana por poco cuando quiere y no golea por más porque tampoco quiere. Son contaditos los equipos o las canchas que pueden complicar al equipo de Mosquera.
Por tal motivo, vamos a darle espacio a las individualidades en este y el siguiente apartado. Y este primer espacio es para uno que poco a poco va ganándose el suyo en el equipo. Horacio Calcaterra llegó con carné de jugador de ataque, fino en el toque y con algo de gol. ¿Jugó en donde lo hizo en la ‘U’ o en Comercio? Si pasó no me acuerdo porque tenemos en la retina su trabajo en primera línea de volantes. Se ha vuelto un jugador importante para el juego de Cristal por su polifuncionalidad acaso solo superada por la de Cazulo. Se podía prever al argentino jugando de Írven o de Sheput, pero se hace espacio jugando de Lobatón. Ve desde metros atrás como se vacilan los atacantes y cómo hacen goles, pero Calcaterra, ordenado y respetuoso del sistema, se queda en su sitio a trabajar para el equipo. Cómo le deben picar las patas para irse arriba y hacer lo que sabe, pero se queda a la altura de Cazulo o más atrás, con una actitud profesional digna de aplauso. Aplausos también, para Mosquera, que supo ver en él un jugador de estas características.
Tú sí quieres
Ante Inti Gas se confirmó, como si hiciera falta, un salvador en el equipo, ese que puede frotar la lámpara cuando se le apagaron las luces a todos los demás. Inti Gas salió atrevido al Gallardo, le sacó la pelota a Cristal y empezó a probar con remates de larga distancia, antes de enfrentar a los centrales y después de que la pelota pose entre los de contención. Era una buena idea que poco a poco se acercaba más a la fortuna, tanto que Landauri le dio al metal horizontal. Cristal no tenía la pelota, pero tiene a los capos que pueden cambiar todo de un manazo.
Apareció Renzo Sheput para mandar un bombazo que no halló red, no hubo magia. La magia está reservada en este Cristal para Írven Ávila. El ‘Cholito’ es el jugador que salva una y otra vez los pocos partidos que se le complican al cervecero. No fue un gol de gran factura, pero fue el importante el que colocó la bisagra que cambió el rumbo del partido. Gracias a Ávila es que se sirven las heladas bajo el puente.
Vallejo sin rima
Y sin gol. Uno de los mejores planteles del Descentralizado, con uno de los mejores técnicos del país, no encuentra norte. Lamentablemente el equipo está cerrado en un sistema que encierra el talento de los mejores jugadores poetas. El 4-cuadrado-2 que es la carta de presentación del club, impide un juego agradable a la Vallejo y, lo que es peor, la posibilidad de traducir en goles una superioridad, inexistente por el momento, del equipo sobre sus rivales. Ante Cienciano, recién llegó la presión sobre el área de Cisneros cuando los cusqueños se quedaron con nueve. Con diez, seguía todo parejito.
Por ahora, Vallejo gana y mantiene un invicto de papel en Trujillo. Ha ganado todos sus partidos ahí y le permite respirar, pero en cualquier momento puede verse sofocado por sus propios límites encuadrados en el sistema elegido. Morir en su palo no es algo malo cuando es razonable el poder evitar esa muerte, pero tanta rigidez puede asesinar las altas aspiraciones que sostiene el cuadro poeta. Aspiraciones justificadas, por cierto, por el trabajo serio que allí se realiza en todos los aspectos. No se propone que se cambie a la gente, se pide que su gente cambie. Lo tienen a la mano.
Tienen que poner de su parte
No solo es cosa del sistema que, en este espacio, encontramos inapropiado para el plantel, sino también de jugadores. Es cierto que los mismos futbolistas están ofreciendo actuaciones individuales muy flojas. Chávez, Alemanno, Sotil, entre otros, son los atacantes que más deben encenderse si se busca que Vallejo tenga aspiraciones serias de campeonato. Por ahora, se ven goles más afortunados que trabajados; son más errores de los rivales que virtudes de los poetas. En Huancayo el gol llegó de un saque lateral que encontró más que dormida a la defensa del Rojo Matador y ante Cienciano, fue un autogol que ni el ‘Sapito’ Pereyra fue a pensar que entraba. Se ven pocas virtudes de los delanteros.
Alemanno arranca de muy adelante y no llega bien perfilado a zona de definición. Sotil está encerrado entre la línea de cal, un marcador de punta y un ‘6’. Jiménez no emboca ninguna cuando juega. Nadie aparece por el medio porque el sistema no pone a nadie a dedicarse a hacer jugar a los demás. La idea de juego no favorece a las individualidades pero estas podrían acertar alguna de vez en cuando. Sotil, que debería ir más por dentro, podría driblear a alguien de vez en cuando; Jiménez o Chávez tendrían que ser más finos -es su trabajo- al momento de definir las poquísimas que se les presentan; y, Alemanno tendría que ser un poco más rebelde, arrancar de más atrás aunque choque un poco con Quinteros porque eso es lo que mejor le sale: sus goles son de trancos largos, no de puntillazos. No solo es cosa de planteamientos, también hay que entender cómo jugar la pelotita.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Fotos: Luis Chacón / DeChalaca.com, diario La Industria de Trujillo

Lo de Vallejo si preocupa, demasiado. Fútbol lento, aburrido, ganando partidos sólo por errores de defensa o arbitrales.