Rómpela

Rómpela. El imperativo no expresa deseo, orden y ni siquiera ruego: es solo el clamor de un pueblo que quiere ser feliz.
Rómpela, Claudio. Hoy es cuándo. Porque puedes y sobre todo porque tú sabes que puedes. Porque ahora, a los 34 años de edad, las oportunidades para cobrarte esa revancha que tienes pendiente con una camiseta a la que, digan lo que te digan, tú sabes que quieres, pocas veces más van a ser tan propicias como esta noche.
Rómpela, capitán. Hoy eres el líder que ha transitado por los peores insultos en contra cuando te plantaste la '14'. Hoy no eres ya ese chibolo blancón que apareció en 1999 con un gol a Ecuador, la última vez que le ganamos. Hoy eres un delantero maduro, que ganó todo lo que quiso en Europa, y que debería poder ganar lo que quiere con su selección.
Rómpela. Como la rompiste la noche de verano de 2001, cuando Flavio había abierto el camino como tantas veces contra ellos, cuando Navia nos había amargado y cuando el 'Cóndor', que por entonces era tu mejor comparsa, había puesto la cabeza y burlándose de la urraca esa que tanto daño le hacía desde ya a nuestro fútbol. Llegaste tú, a la carrera y con un toque corto, como goleador de casta, para poner el tercero. Vuélvela a hacer.
Rómpela y dame la enorme alegría que una noche de abril de 2003 me regalaste en mi cumpleaños. Uno que celebré en el Nacional con un 3-0 sobre Chile con dos goles tuyos hechos en dos minutos inolvidables. ¿Hay mejor manera de celebrar tu santo que con una victoria de tu selección sobre el clásico rival, así sea amistoso? Esa noche estaba con mis dos mejores amigos en Occidente, y uno de ellos, que era enemigo férreo de Carlos Delgado y el Grupo Image, tuvo que pararse a aplaudirte tras el segundo tanto, calladito la boca. Tápasela hoy de vuelta.
Rómpela. Como cuando estábamos hace no mucho siendo goleados en cancha de Colo-Colo, y tú metiste la pierna como siempre se te había reclamado lo hicieras: valientemente, sin miedo al golpe. Pusiste el descuento y levantaste el ánimo. Hiciste temblar de miedo a todos los periodistas chilenos que me acompañaban en la tribuna de Macul y creían que iban a pasar del 3-0 al 3-3, como estuvo cerca de ocurrir. Que sufran de vuelta.
Rómpela porque tienes una deuda que pagarnos. Una enorme con la selección, que ha hecho que todos, y me incluyo, alguna vez perdamos la paciencia contigo y nos polarizáramos, como tantas veces ocurre en esta sociedad, entre pizarristas y acaso almagristas. Tienes que hacer que todos los que alguna vez te hemos criticado con dureza nos mordamos la lengua arrepentidos luego de gritar un gol tuyo. Tienes cómo.
Rómpela ahora, ante Chile, pues si lo haces la historia no se va a acordar de las que no entraron ni de algún penal que te hayan atajado. Rómpela porque el fútbol posee esa magia que permite pasar de la penumbra a la luz mediante el grito de gol. Tú sabes de eso. Tú puedes zurrarte en todo lo malo que ha pasado en estos años y cobrártela hoy, justamente hoy.
Rómpela. Te lo he pedido en nueve párrafos, porque hoy tú eres el nueve, el único nueve. Ese puesto en el que siempre debiste jugar y en el que hoy tienes que romperla. Y romper de una sola a todos los que han cuestionado que lleves la cinta en la blanquirroja. Por todo eso, rómpela contra Chile, 'Bombardero'.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com

Me acuerdo que, en una entrevista concedida a Raúl Tola en Alemania, Pizarro justificaba la pobre actuación en el partido más reciente ante Paraguay diciendo que ni él ni el resto del plantel se encontraban lo suficientemente 'mentalizados.'
Esperemos que con notas como esta, todos los demás artÃculos no tan generosos, la propina que recibe por participar, y los ajos y cebollas que a él y a sus ancestros le llueven a diestra y siniestra, sà le basten esta vez.
VAMOS PERU, A GANAR, GOLEAR, Y GUSTAR QUE SI SE PUEDE!!!